miércoles, 30 de octubre de 2013

MIND-SURF LA PUERTA DE LAZARIS

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¿Quién es Lazaris?
Lazaris es una entidad no-física. Una consciencia sin forma, una ser de luz, una energía que nunca ha escogido tomar cuerpo humano. Lazaris se refiere a sí mismo como "nosotros". Él dice que todos tenemos muchos "yoes", pero que ahora mismo estamos experimentando "uno a la vez", y por eso nos referimos a nosotros mismos como "yo". Lazaris tiene muchos "yoes" en muchas dimensiones pero los experimenta todos simultáneamente y por eso se refiere a sí mismo como "nosotros". Y dice que esa es también la realidad que todos nosotros experimentamos desde el punto de vista de nuestro "Ser Superior" con quien Lazaris nos ayuda a entrar en contacto..
 

La destreza y el arte de amar
Casi todos los libros de autoayuda y de "cómo hacerlo" te dicen que el secreto para lo que sea que te estén ayudando a hacer es el amor... Todo el mundo te dice que te ames a ti mismo. Algunas veces van más lejos y te dicen que también ames a otros. Muy pocos en realidad te dicen cómo hacerlo. ¿Cómo amas? ¿Cuáles son los pasos específicos?
Tú sabes lo que necesitas hacer, aunque no siempre sabes cómo hacerlo. El Viaje Sagrado de regreso a ti mismo, involucra dar amor, recibir amor y –para muchos un concepto nuevo- ser amado.
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Ser amado es abrirte y permitirte cambiar –realmente cambiar- porque alguien te ama. Es algo sumamente mágico y místico cuando quien te ama es tu Yo Superior, realmente no necesitas otra motivación...
El amor es una emoción y un estado de ser. Es tanto un sentimiento como un nivel de conciencia y es el único que transmuta, transforma y trasciende toda energía. Es universal. Es la única "línea de comunicación" que llega hasta Dios/Diosa/Todo Lo Que Es.
Detrás de la máscara del ego negativo, tú quieres hacer difícil el amar para poder justificar y racionalizar su carencia en tu vida. El ego negativo nunca entrega amor. Lo único que entrega son promesas incumplidas y rotas. Nunca entrega amor.
Cuando te enteras de cuan disponible realmente está el amor, o quieres negarlo completamente para proteger la posición de tu ego negativo, o te sientes tan tonto por haber excluido el amor durante tanto tiempo que no piensas merecerlo ahora. De cualquier modo, tú pierdes, (no tu ego).
Cuando descubras cuán fácil es, no te eches a correr. No te castigues a ti mismo. No lo pospongas más. ¡Comienza a amar!
Las cosas que hacer por amor:
1. Da. Comienza a darte a ti mismo y a otros en tantas maneras como puedas. Da física, emocional, intelectual e intuitivamente. No te preocupes por obtener... Sólo desarrolla realmente tu habilidad para dar.
2. Responde. Permítete la habilidad y la voluntad de responder. Sé responsable hacia ti mismo y luego hacia otros.
3. Respeta. Honra tus emociones y las emociones de los otros a quienes quieres amar. El respeto no es una cuestión de hacer. Es una cuestión de honrar... Respetarte a ti mismo es honrar tus emociones. Honras las emociones expresándolas y soltándolas apropiadamente. Honras las emociones de otras personas otorgando el permiso y el espacio seguro para que ellas expresen y suelten lo que honestamente sienten.
4. Conoce. Hay dos maneras de conocer a alguien: a través de infligir dolor o a través de buscar la comprensión... La búsqueda de la comprensión comienza con un deseo conciente y concluye con un compromiso conciente. Involucra tomarte el tiempo para realmente estirarte buscando la comprensión de ti mismo y de otros. No estás en este mundo para ser comprendido. Estás aquí para ser comprensivo.
5. Ten la humildad de ser íntimo. Humildad es la voluntad de ver cada día como algo completamente nuevo. Es la voluntad de permitir que las personas cambien en vez de insistir en que nunca podrán cambiar. Tú creas tu realidad fundamentalmente a partir de la elección y la creencia. Si consistentemente eliges ver a las personas en su peor estado y crees en eso, entonces así es justamente como son. Tendrás razón, pero te sentirás miserable. Ser humilde es decir: "Así ha sido siempre, y ahora puede ser diferente". Sé lo suficientemente humilde para estar cercano, ser tierno y vulnerable contigo mismo y con aquellos por los que te interesas.
6. Ten la valentía de comprometerte. El compromiso es realmente atemorizante para muchos de ustedes. El miedo al rechazo y la humillación son los principales culpables. El miedo a la responsabilidad –"¿Puedo manejarlo?"- contribuye de manera colosal a tu negativa de comprometerte. Para muchos, el compromiso se siente como una encarcelación. Confunden obligación con responsabilidad. Cuando contemplas comprometerte con otro, con frecuencia tu ego negativo se entromete con la pregunta: "Si puedes crearlo así de bien, ¿no podrías hacerlo aún mejor? No te comprometas. ¡Espérate!" Te advierte a no comprometerte diciéndote que alguien o algo mejor podría presentarse. Si lo mejor en efecto se presenta, aún así esperas. El compromiso nunca llega. Se requiere valentía para amar.
7. Interésate. Honestamente comienza a interesarte por ti mismo y por la manera que está marchando tu vida. No dijimos "tenerte lástima". El amor nada tiene que ver con la autolástima. Dijimos interesarte. No necesitas una razón para interesarte. Simplemente abre tu corazón y tu mente y comienza a hacerlo. Permítete interesarte por ti mismo. Permítete interesarte por otros.
Estas son las siete cosas que hacer para amar. Tú conoces cada una de ellas y las haz realizado todas de tiempo en tiempo. De hecho, tú sabes cómo amar. Tú simplemente piensas que no es así.
Sin embargo, hay más que sólo eso. Tú haces estas siete cosas para lograr algo. La dinámica de hacer estas siete cosas con el claro propósito de proporcionar lo siguiente, es lo que crea el amor:
1. Seguridad. La seguridad física, emocional, intelectual e intuitiva para ti mismo o para otro. Aquí es donde comienza el amor.
2. Placer. Dar, responder, respetar, o conocerte a ti mismo o a otro a fin de proporcionarles placer a corto y a largo plazo – ser íntimo, estar comprometido e interesarte por ti mismo o por otro para que tú o ellos sientan placer.
3. Honestidad y vulnerabilidad. Hacer que esté bien bajar los muros de defensa. Permitir que esté bien ser totalmente abierto y honesto. Proporcionar el espacio para exponer sin miedo tus ansiedades y dudas.
4. Confiabilidad. Una energía sumamente poderosa que puedes darte a ti mismo. Un regalo sumamente hermoso para otros.
5. Reducir el miedo a la pérdida. El miedo a la pérdida es el único que aumenta a medida que el amor aumenta. Cuando amas realmente. El valor aumenta. ¡Si perdieses ese amor ahora... sería devastador! Si amas más el valor aumenta más y el miedo a la pérdida aumenta más. Por eso es que muchos de ustedes huyen del amor, o que algunos dejan de amar. Irónicamente, el antídoto para este miedo a la pérdida es respirar hondo y amar más. ¡La respuesta consiste en respirar hondo y dar, responder, respetar... e interesarse! Para que el amor sea más que una palabra, debería ocuparse en reducir el mismo miedo que produce.
6. Intimidad e interés. Actúa de tal manera para crear una resonancia de cercanía y ternura, para crear una resonancia de libertad y seguridad.
7Conocimiento. Comunicarte -tener empatía. Hazle saber al otro que lo conoces. Hazle saber que ves su belleza y su lado no tan bello, y que de todos modos le amas. En el caso del autoamor, admite tu fuerza y ámala. Admite tu debilidad. Admite tu fealdad y ámala. Pues es fácil amar la belleza, y la fealdad es la que más necesita el amor.
Al entender las siete cosas que hacer y los estados de ser que proporcionar, puedes saber si te estás amando a ti mismo y a otros. Puedes saber si los otros te están amando a ti...
Siempre comienza contigo mismo. Comienza contigo mismo practicando tu hacer y ser de amor. Luego expándete para incluir a otros –no solo a cualesquiera otros, sino a otros específicos, a otros importantes. Una vez que hayas desarrollado la destreza, una vez que seas realmente bueno en amar, entonces expande ese amor aún más. Al expandir el círculo de amor, siempre intensifica el autoamor y el amor a estos otros específicos.
El principio: Amor. El primer paso del Viaje Sagrado y la primera cualidad de estar en el viaje comienza con Amor, con alcanzar y estirarse hacia el Amor... hacia EL AMOR.
LAZARIS
The sacred journey, you and your Higuer Self
Traducido por Karina Malpica
¿Cómo se comunica Lazaris con nosotros?
La manera en que Lazaris se comunica con los humanos se llama canalización, en su caso, "canalización objetiva de trance completo". Esto significa que Lazaris no es parte de la conciencia de su canal, Jach Pursel, quien no está conciente de lo que Lazaris dice a través de él durante el estado de trance. Jach comenzó a canalizar a Lazaris en 1974 y desde entonces a la fecha, el material que Lazaris nos ha ofrecido se ha hecho bastante extenso y completo.
El texto anterior es una muestra del tipo de información y apoyo que nos brinda este ser extra-físico lleno de sabiduría y humor, cuyo principal objetivo es encaminarnos hacia el amor y el contacto directo con nuestro Ser Superior para que sea éste quien nos guíe de regreso a casa, de regreso a la totalidad de nuestro verdadero ser:
Desde octubre de 1974, cuando Lazaris comenzó a ser canalizado, ha trabajado constante y consistentemente con los humanos para ayudarnos a recuperar nuestro poder personal, guiarnos y acompañarnos entrañablemente en nuestro respectivo Viaje Espiritual de regreso a Casa.
A lo largo de estos años Lazaris ha dado miles de consultas personales y ha producido docenas de de cintas de audio y video y algunos libros. También ha conducido diversos talleres y seminarios basados en experiencias personales de crecimiento, a través de la recuperación de poder personal y la experimentación directa del amor.

martes, 29 de octubre de 2013

LA PUERTA DE TOBIAS - ENSEÑANSAS PARA TU ALMA

La Puerta de Tobías
 
 

¿Quiénes es Tobías?

Tobías es una energía o espíritu, canalizado por Geoffrey Hoppe. El caritativo Tobías bíblico fue una de sus encarnaciones humanas, ahora forma parte de un grupo espiritual llamado el Consejo Carmesí, cuyafinalidad es enseñar el uso de las energías en este planeta y en otros lugares de la Creación. Los mensajes de Tobías comenzaron a transmitirse en 1999 a un grupo de trabajadores de la luz también conocidos como Shaumbra, palabra que significa guías o maestros. Tobías ha llamado a este grupo el "Salón de clases de la Nueva Energía Espiritual" donde se aprende acerca de la dinámica del nuevo empoderamiento y la iluminación. De acuerdo con Tobías, en realidad estamos ayudando a crear la arquitectura de una nueva energía al aprender cómo se integra nuestro Verdadero Ser con nuestro Ser Humano para ser Humanos Divinos caminando sobre este planeta, enseñando discreta y gentilmente a otros a aceptar y comprender su propia divinidad.
 
Los Siete Sellos
Julio 19-20, 2003


Y así es, queridos Shaumbra, que nos reunimos nuevamente. [...] Es una alegría para mí, Tobías, el estar aquí, junto con todos ustedes, Humanos Divinos, los que contestaron el llamado para estar aquí de nuevo. Es un honor para mí, Tobías, el estar aquí [...]
Estamos algo abrumados por estar sentados aquí con ustedes en el día de hoy, en semejante ocasión. Estamos abrumados por su dedicación y su determinación, su amor, su disposición de regresar ahí adentro aún cuando las cosas parecen estar trabajando en su contra. Hmmm... simplemente vamos a estar sentados aquí durante un momento en esta energía abrumadora y vamos a absorberla de nuestro lado. Dejen que los honremos por lo que son, quienes son los ángeles que están iluminando el sendero. Para los ángeles que verdadera, verdaderamente aman y viven en el ahora.
[...] En el día de hoy vamos a abrir gentilmente, gentilmente los Siete Sellos [mencionados en el Apocalipsis de la Biblia e identificados con los siete chakras principales]. Queremos que ustedes comprendan que lo están haciendo sólo para sí mismos. Ustedes no lo están haciendo para toda la humanidad; ustedes no pueden hacerlo por ellos. Ustedes no lo están haciendo para los que están sentados a su lado. No lo están haciendo para sus hijos o para sus padres. Ustedes están abriendo gentilmente los Siete Sellos para ustedes mismos. Pero verán ustedes, a medida que los abren, a medida que cambian su vibración, ustedes afectan el potencial de todo lo que los rodea. Recuerden, tal como lo hemos dicho con anterioridad, cuando ustedes cambian su vibración, ustedes envían hacia fuera una energía potencial neutral que luego puede ser tomada y usada por cualquier otro humano, por cualquier otra forma de vida que así lo elija. Ustedes no están infringiendo su Voluntad sobre ellos.
Hay muchos humanos, la amplia mayoría de humanos hoy en día, que no eligen abrir los Sellos. Comprendan y honren esto. Ustedes, los que están aquí en el día de hoy, energética o físicamente, sí tienen que abrir estos sellos. [...] Ahora, ahora en este grupo de energías hay seguridad para abrirlos gentilmente más y más. Estos fueron siete atributos que fueron creados con base en su viaje desde el Hogar, a través del Muro de Fuego, a través de la Orden del Arco y a través de todas sus experiencias en la Tierra. Los mismos son atributos, energías, que están incorporadas profundamente dentro suyo. Son condiciones que están listas para ser cambiadas. Son viejos paradigmas y viejas dinámicas, viejos patrones que ahora están listos para su cambio.
Estas no son cosas que les fueron infligidas por el Espíritu, infligidas por la Oscuridad, sino que fueron simplemente condiciones, módulos de su viaje. La Oscuridad se encuentra aquí en el día de hoy porque la misma ha participado en ese viaje, esa parte suya. Está aquí para mostrarles exactamente lo que es y lo que no es. Mostrarles que simplemente fue un atributo de lo viejo, que ya no hace falta que siga existiendo de la misma forma en la que ustedes lo habían creado.
En el Primer Sello, queridos amigos, se halla la Energía de la Separación. Esta energía se halla profundamente asentada dentro de ustedes y lo ha estado siempre desde que abandonaron el Hogar y cruzaron a través del Muro de Fuego. Ustedes lo han sellado dentro suyo, han vivido con ello y lo han creído y aceptado que ustedes están separados del Espíritu. Cuando cruzaron por el Muro de Fuego y cuando sintieron que se destrozaban en billones y billones de partes, esto creó un sentimiento de separación. Esta sensación de separación ha permanecido con ustedes, una añoranza de regresar al Hogar. Una añoranza por Madre/Padre/Dios, pero no fueron capaces de encontrar esa energía. Una añoranza para estar de regreso en los brazos de su querido, querido Rey y Reina de la Unidad, de donde provinieron. Esa separación fue una ilusión. Tenía que estar ahí, tenía que estar sellado dentro suyo para que ustedes pudiesen iniciar su propio viaje. Les ha servido bien.
Las iglesias de los días modernos han intensificado y magnificado la energía de la separación. Lo han asentado aún más profundamente dentro suyo. Ellos hablaron de cómo ustedes fueron expulsados del cielo, cómo fueron desterrados de los jardines y, queridos amigos, esa fue la Vieja Energía y la misma no tiene lugar en la Nueva. Ustedes no están separados. Y en realidad, nunca lo estuvieron. Así que con amor en su corazón y con lágrimas en sus ojos, queridos amigos, permítanse abrir el primer Sello -el Sello de la Separación- AHORA. A medida que se abre, trae de regreso la energía del Espíritu y del Hogar. Trae de regreso el amor de Dios. Lo trae hacia la realidad del Ahora en la que se hallan sentados. Y no dejen que ningún hombre, mujer o iglesia les diga nuevamente que ustedes están separados de Dios, ¡NUNCA!
Y el Segundo Sello, el sello que fue identificado miles de años atrás; la energía de ese sello es el YO. YO. Verán ustedes, cuando pasaron a través del Muro de Fuego, cuando experimentaron la separación, también comenzaron a experimentar el Yo por vez primera. Ustedes se dieron cuenta de que tenían su propia identidad y sus propias huellas digitales espirituales. Fue la realización del Yo, pero también creó la duda en el yo. ¿Quién soy?... ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué ya no estoy en el Hogar? ¿Por qué me encuentro en un vacío?
Dentro del Yo y la duda en sí mismo, esto les dio la energía de auto-descubrimiento y ustedes han estado durante eones de tiempo en un viaje para descubrir quiénes son, quiénes no son. Las iglesias les dicen que el Yo es malo o equivocado. Comprendan, recuerden que ustedes ayudaron a crear algo de la oscuridad en el dogma de las iglesias, pero les estamos diciendo que ha llegado el momento para transformar esa energía, para transmutarla a nueva. Ellos les dicen que el Yo será aniquilado. Ellos le dicen que dejen ir, que permitan que algún dios desconocido se haga cargo. Y un día ustedes van a perder todo el recuerdo de lo que fueron porque estarán de regreso en los benditos cielos de dios en una gran masa de unidad.
Queridos amigos, en la Nueva Energía... en la Nueva Energía, está el Yo. Hay auto-realización, auto-comprensión. Ustedes se acordarán de su viaje que los trajo hasta aquí. Ustedes se acordarán de quiénes son. El Yo no tendría que ser negado. El Yo no tendría que ser aniquilado. Cada noche, en todas partes del mundo, nosotros trabajamos con los humanos que están tratando de suicidarse físicamente, emocionalmente. Ellos están tratando de matar las memorias de lo que han hecho, de donde han estado. Cada noche, nosotros lloramos porque el Yo es un regalo precioso del Espíritu – su regalo... su regalo.
Así, queridos amigos, con el amor en sus corazones y las lágrimas en sus ojos, abran el segundo Sello. Ustedes verán la belleza del Yo.
Queridos amigos, hay un Tercer Sello... y sí, para el que preguntó, este se relaciona con las energías de los chacras. Ellos se relacionan con la energía de las palabras en los Escritos, si lo estudiaran un poco. Más allá del tercer Sello se encuentra la Energía de Satanás y se halla dentro suyo, profundamente asentado en su interior. La Energía de Satanás no es nada más que la dualidad – luz y oscuridad. Se le ha dado su propio poder y ustedes saben ahora, el poder es una ilusión; se le ha dado su propio poder y su propia identidad y su propio espacio, y atrae la posición con Dios, con el Espíritu.
Sí, ciertamente, las iglesias de hoy en día les enseñan que ustedes tienen que elegir entre Dios o Satanás. Esencialmente son lo mismo. Esencialmente son lo mismo, todos parte de lo mismo. Pero ha sido implantado en su interior con un sentimiento de dualidad, de que hay una rajadura y una división. Hay un miedo que los ha motivado y también los ha enfermado, que los ha debilitado y los ha matado. El miedo de caer en las manos de Satanás. Ustedes salieron corriendo hacia la luz, o trataron de encontrar refugio en la luz, pero parece que Satanás siempre los encuentra. Y ustedes se preguntan dónde está Dios, ¿y si no fuese por Dios que siempre los libera?... ¿por qué Satanás siempre los está tirando de las mangas, siempre tirando?
Queridos amigos, la Energía de Satanás tal como ustedes la conocen hoy en día es una ilusión. No hay Satanás, tal como las iglesias quisiesen que hubiera. No hay elección entre cielo e infierno, claro y oscuro, solamente hay dualidad. Ustedes también han llegado a creer que hay un Satanás dentro suyo, una parte suya que es tan mala, tan maligna. No se le debería dar el amor de su corazón. No se le debería dar la vida para existir y ustedes se cortan una parte de sí mismo. Así que, queridos amigos, con el amor en su corazón y con las lágrimas en sus ojos, abran el tercer Sello de Satanás, para revelar que hubo una ilusión de dualidad.
Esa energía es simplemente energía hasta que ustedes le pongan una etiqueta. Es simplemente energía del Espíritu. Sientan las fuerzas oscuras que hay en cada rincón del salón, comprendan el juego que ellas han jugado, porque ustedes se lo han pedido. No dejen que ningún hombre, mujer o iglesias les diga que Satanás los va a agarrar. No dejen que ningún hombre, mujer o iglesia les digan jamás que hubo un poder opuesto al Espíritu. Simplemente es energía. Está dentro suyo. USTEDES son los creadores. Gentilmente permitan que este Sello se abra.
Queridos amigos, el Cuarto Sello es la Energía del Pecado, la Energía de la Culpa que ustedes han acarreado durante tanto tiempo. Se halla profundamente arraigado dentro suyo y es parte de la condición espiritual humana. Pecado y culpa, la misma cosa. La culpa que aún siguen cargando es acerca de abandonar el Hogar en el primer lugar. La culpa que están cargando está tratando de aniquilar o consumir a otros ángeles de tiempos largamente pasados, tiempos afuera en la creación de las estrellas y galaxias, mucho antes de que ustedes hayan adoptado una forma física. La culpa que ustedes tienen porque se les ha dicho que hacen cosas que son menos que valiosas a nivel de Dios. Ustedes han llevado la Energía del pecado y de la Culpa dentro suyo. Ha sido parte de su condición espiritual humana.
A medida que ustedes abran este Sello se darán cuenta de que nunca hubo razón alguna para sentirse culpables, de que no había cosas tales como el pecado. Solamente había experiencia. Así que, queridos amigos, en el amor en su corazón, con las lágrimas en sus ojos, permitan que el cuarto Sello se abra. Libérense a sí mismos de la carga del pecado y de la culpa que estuvieron llevando por tanto tiempo. En la Nueva energía no hay tal cosa como el pecado. No hay nada de lo que sentirse culpables. No dejen que ningún hombre, mujer o iglesia les digan jamás que han hecho mal a los ojos de Dios. Todo tiene que ver con la experiencia.
En la Nueva Energía llevan un equilibrio con ustedes, por el cual no se sentirán impelidos a hacer cosas contrarias a la voluntad de otro ser humano, hombre o mujer, o de la Tierra o de cualquier objeto viviente, porque ustedes tienen una comprensión mayor de su viaje. Ustedes sienten una compasión mayor por ellos. Una compasión tal que los pueden observar hacer cosas atroces a sí mismos y aún seguirlos amando. Liberen el pecado y la culpa y como maestros de la Nueva Energía, ayuden a otros a atravesar esta barrera tan difícil, este chacra tan difícil.
Queridos amigos, detrás del Quinto Sello hay uno al que deseamos que presten especial atención en este día y en todos los días venideros. Cuando ustedes crearon estas condiciones humanas espirituales, y las sellaron dentro de su sistema de conciencia y creencias, ustedes crearon algo interesante llamado sufrimiento... sufrimiento. Ustedes han sentido esto allá atrás en el Hogar, la forma de expiar por lo que percibían como un sendero equivocado, era a través del sufrimiento. Este es uno de los Sellos más contemporáneos. Ustedes se han dado a sí mismos sufrimiento. Sufrimiento físico, sufrimiento financiero, sufrimiento en relaciones. Sufrimiento por cuenta de otros.
Queridos Shaumbra, ustedes son expertos en sufrir por otros. Al hacer esto, eso les deniega su propio sufrimiento y también expresa una falta de compasión hacia ellos. Ustedes se han hecho cargo de su propio sufrimiento, del sufrimiento del mundo, del sufrimiento de vidas pasadas, del sufrimiento de los universos que nunca han sido creados... (Risa de la audiencia). Ustedes se han hecho cargo de los sufrimientos de entidades y ángeles que ustedes fueron. Ustedes han asentado esto tan profundamente dentro suyo que les está ocasionando problemas con su corazón... les está causando problemas en su vida. Ustedes llegaron tan abajo en su viaje que pensaron que la única forma de poder regresar era sufriendo. ¡Sufrir! ¡Sufrir! Cuando ustedes estén listos para abrir ese Sello del Sufrimiento, se percatarán de que la energía se convierte en una de ALEGRÍA y CREACIÓN.
Queridos Shaumbra, algunos de ustedes pueden tener un tiempo difícil para abrir este Sello porque aún creen que hay sufrimiento por el cual tienen que atravesar. Ustedes aún siguen pensando que la vida tiene que ser difícil. Ustedes se han convencido de esto tan profundamente, que se brindan a sí mismos solamente el escaso mínimo. Suficiente para apenas seguir. Ustedes vuelven a nuestro lado y dicen, “¡Maldición! ¡La vida fue difícil!” De ahora en adelante, cuando les oigamos decir esto, nosotros diremos “¡Maldición! ¿Por qué están eligiendo eso?” (Risa de la audiencia).
Así que, queridos amigos, con el amor en sus corazones, y las lágrimas en sus ojos y la risa en su voz, abran el quinto Sello y permitan que los elementos del sufrimiento sean liberados de su conciencia. Permitan que parta todo el sufrimiento por el que hayan atravesado y el sufrimiento que están experimentando en este momento. No dejen que ningún hombre, mujer o iglesia les diga jamás, en momento alguno que tienen que sufrir de nuevo. La ALEGRÍA es la forma de la Nueva Energía. El COMPLETAR es la forma de la Nueva Energía. Estén orgullosos de quienes son, de lo que son y de lo que hacen. Exprésenlo en AMOR tal como lo que escucharon anoche. Queridos Shaumbra, liberen el sufrimiento del quinto Sello, para que puedan experimentar las bendiciones de ser un ángel y de estar caminando en la Tierra.
Detrás del Sexto Sello hay un elemento interesante. Un elemento que tiene tanta energía detrás de él en el día de hoy. Energías que literalmente están tratando de atacarlos, energías que estuvieron presentes en nuestra reunión el mes pasado y que volvieron a venir especialmente en este día. Detrás del sexto Sello está la Salvación... salvación. Verán, ustedes supieron que en su viaje, a lo largo del camino, algún día habría salvación, habría liberación. No serán los OVNI’s los que bajarán para agarrarlos y levantarlos. (Risas). No es un gurú, no es otro ser humano, ni siquiera es Yeshua/Jesús.
Salvación son ustedes. Salvación es la liberación de todas las ilusiones; la apertura de los Siete Sellos es salvación. La aceptación en su corazón comprende cuatro palabras simples, YO TAMBIÉN SOY DIOS. ESA es la salvación. Sus iglesias hoy en día, les dicen a todos que la salvación será a través de Jesucristo, Su único hijo, y yo, Tobías, voy a hacer una afirmación audaz aquí, esa es una mentira. No hay un hijo elegido. Hay ángeles del hogar y millones y billones de ellos y yo estoy sentado aquí hablando con 238 de ellos, justo ahora, más todos ustedes que se reúnen en línea, me estoy dirigiendo a todos ustedes.
No dejen que iglesia alguna les digan que tienen que seguir el sendero de alguien más, incluso de Yeshua. Ciertamente, él estableció un ejemplo, pero no quiso que otros lo siguieran. Ustedes saben, él cometió algunos errores. Él sufrió más de lo que tendría que haberlo hecho. (Risas). Así que, queridos amigos, con el amor en su corazón y las lágrimas en sus ojos, abran el sexto sello de la Salvación. Transmuten la Vieja Energía de la Salvación de uno que viene para arrastrarlos si es que son juzgados apropiadamente. Liberen eso desde dentro suyo y comprendan que ustedes son su salvación. De nadie más, simplemente ustedes mismos. La salvación siempre estuvo ahí, fue la aceptación de ustedes mismos en el viaje. Comprendan que Yeshua los ama. Yeshua caminó con ustedes. Yeshua no tenía que salvarlos de algo. Ustedes nunca necesitaron ser salvados; solamente necesitaban recordar.
Finalmente el Séptimo Sello. El séptimo Sello es nuevamente el Sello de la Energía del Yo, tal como lo es el Sello número dos. Pero en el séptimo Sello, se trata del despliegue del yo, de YO SOY, en lugar del Yo, ¿QUIÉN SOY? El séptimo Sello es la mariposa que abandona el capullo. El séptimo Sello siempre estuvo ahí. Siempre traía el potencial de ser abierto, de la comprensión del YO SOY y el YO SOY no necesita preguntarse quién es. No hace falta que se cuestione... con respecto a lo que está pasando a su alrededor. Él tiene una sabiduría y comprensión de un nivel profundo. El Yo que se encuentra detrás del séptimo Sello comprende a las cosas a través del corazón divino y no a través de la inteligencia humana. Y el séptimo Sello es el potencial de la Nueva Energía y de la Nueva Tierra.
Así que con todas las bendiciones de parte nuestra, de Miguel, de Metatrón y María, de Hossaf, de Saint Germain y sí, ciertamente, para aquel que preguntó, de Kryon también y los Oscuros que están parados en los rincones. Abran el Séptimo Sello para permitirse ser el YO SOY. Y, queridos amigos, en la Nueva Energía no dejen que ningún hombre, mujer o iglesia les diga jamás que ustedes son algo menos que dios. Comiencen a vivir cada momento, cada respiración y cada día como Dios. Abran ese corazón divino suyo; liberen la carga que han colocado en su mente.
Saben, algunas veces cuando el velo comienza a desaparecer, vemos que ustedes tiran de él y lo ponen encima suyo tal como un niño pequeño pone una manta sobre su cabeza de noche. Ustedes se sienten cómodos debajo del velo. Ustedes saben cómo proceder debajo del velo y a medida que se levanta ustedes sienten algo raro en su cuerpo y su mente no parece estar tan equilibrada. Ustedes sienten que no hay límites, no hay paredes para contenerlos. Esta es una sensación inusual e incómoda, así que tratan de colocarse el velo nuevamente. Sin embargo, con la próxima respiración dicen, “Querido Espíritu, libérame del velo a mi alrededor, porque quiero ser un ángel libre.” Hmmm...
Los Sellos continuarán abriéndose gentilmente, gentilmente con la guía de los ángeles que les rodean para ayudarlos en esto y ustedes tendrán su propio Yo Divino. Verán ustedes, un bebé no es concebido y dado a luz en el mismo día, hacen falta meses – nueve meses. El despliegue, la apertura de sus Sellos se producirá gentil y lentamente. Le pedimos a cada uno de ustedes para que todos los días inspiren como primera cosa y reconozcan que también son Dios.
A lo largo del día, cuando escuchan la cháchara de la mente, la cháchara que es simplemente duda en sí mismos, acuérdense, YO TAMBIÉN SOY DIOS. Esto es todo lo que necesitan saber. No hay nada... no hay nada que les pueda quitar alguna vez algo suyo, salvo que ustedes quieran participar en ese juego. Recuerden, YO TAMBIÉN SOY DIOS. Ustedes lo valen, todos ustedes. Ustedes lo valen. Ahora acéptenlo en su corazón.
Habrá nuevos tiempos que vendrán. Todos ustedes tienen desafíos, todos ustedes tienen trabajo que hacer, pero no será lo mismo que antes. NO será como antes. Vemos que algunos de ustedes trabajan y trabajan y trabajan tan duro. Incluso la energía del trabajo cambiará. Será más juguetona. Será una aventura. No será tanta pelea; no tendrá que ser sufrimiento. Habrá una cantidad para hacer para ustedes, Shaumbra, en estos días de la Nueva Energía que vendrán. Algo de esto lo escucharon aquí. Se les han hecho ofertas. Se les mostraron oportunidades y potenciales aquí. Se les mostró cómo superar obstáculos y cercos y barreras y ustedes aceptaron el desafío.
Si ustedes aceptan la Nueva Energía, si se permiten a sí mismos abrir los Sellos en su interior que han estado cerrados durante tanto tiempo, ustedes encontrarán una forma tan distinta, la misma les vendrá. Vendrá a ustedes. Se van a dar cuenta de que no tienen que trabajar tan duro. Sí, van a llenar los días con actividades, más que nunca antes, pero no será trabajo desagradable, tal como lo fue en el pasado. Será la alegría de vivir. ¿Pueden manejar esto, Shaumbra? (Risas de la audiencia).
[...] Hace doce meses hemos canalizado cuatro simples palabras... USTEDES TAMBIÉN SON DIOS. Simples palabras. Son las cuatro palabras más dinámicas de la Nueva Energía y nosotros los hemos desafiado y hemos desafiado a Cauldre para que escriba la Biblia de la Nueva Energía, y lo dijimos literalmente. Hemos puesto presión a la energía de los Shaumbra para crear esta cosa. Le hemos tocado en el hombro a Cauldre más veces de lo que su gruesa piel iba a aceptar hacer esto. Ciertamente.. ciertamente, entendemos las preocupaciones. Ciertamente, entendemos que estas fuerzas de salvación de la Vieja Energía, a ellos esto no les gusta para nada. Ellos no quieren ver esto. Ellos no desean las palabras. Verán ustedes, es porque ellos aún tienen los Siete Sellos cerrados en su interior. Ellos aún siguen aferrándose a las viejas creencias y a las viejas maneras. Ellos le temen a la Nueva Energía, a la nueva iglesia, al nuevo sendero.
Pero queridos amigos, sabemos que ustedes Shaumbra son fuertes. Sabemos que están listos. Ustedes están listos para esto. Así que les pedimos que acepten... que acepten este regalo que hemos creado. Este regalo de las cuatro palabras – USTEDES TAMBIÉN SON DIOS. [...] (Mucha risa). ¡¡¡¡USTEDES TAMBIÉN SON DIOS!!!! Es así de simple. ES ASÍ de simple. [...]
Así, queridos amigos, tal es la energía del Shaud 12 de la Serie del Humano Divino – de los Siete Sellos. Estas energías que estuvieron encastradas profundamente dentro suyo ahora pueden ser abiertas y liberadas. Sí, si ustedes se molestaran en estudiar las escrituras, la energía de los sistemas de los chakras, ustedes verían cómo se relaciona todo esto . Si ustedes llegan a estudiar las Escrituras para comprender más acerca de las Revelaciones, comprendan que hace unos 2,000 años cuando nos encontramos en el Mt. Zion, no nos hemos conectado con las energías interdimensionales para las interpretaciones cuando nos hablaban de los demonios y los caballos y todos los otros símbolos que se encuentran en el libro – los guerreros y todas esas otras cosas. Miren nuevamente al libro y comprenderán.
Nosotros vamos a continuar con ustedes la reunión de la Nueva Energía durante un día más o algo así, pero la energía de este momento, de la aceptación de que USTEDES TAMBIÉN SON DIOS y la apertura de los SIETE SELLOS también va a permanecer con ustedes.
Los amamos tiernamente, ustedes nunca están solos.
Y así es.
TOBÍAS (A través de Geoff Hoppe)
Resumen de la lección 12 de la Serie de El Humano Divino

¿Cómo se comunica Tobías con nosotros?
Tobías es "canalizado" por Geoffrey Hoppe (Cauldre), desde Denver, Colorado, Estados Unidos. Tobías dice:
"No es Cauldre (Geoffrey Hoppe) el que sienta aquí y canaliza a Tobías... Es Tobías que los canaliza a ustedes a través de Cauldre. ¡Los estamos canalizando a ustedes! Estamos tomando sus experiencias y sus energías y sus mismísimos pensamientos y sueños y se los traemos de vuelta... Estamos tomando todo lo que saben, y todo lo que están aprendiendo, y simplemente se lo presentamos a ustedes desde una perspectiva diferente. Somos nosotros canalizándoles a ustedes, y es una verdadera delicia que nos hayan invitado aquí a formar parte de esto". 

viernes, 25 de octubre de 2013

LOS CUATRO ACUERDOS 4ta Y ULTIMA PARTE


semana? Seré yo mismo».
El ángel de la muerte nos enseña a vivir cada día como si fuese el último de nuestra vida, como sí no
hubiera de llegar ningún mañana. Empecemos el día diciendo: «Estoy despierto, veo el sol. Voy a entregarle
mi gratitud, y también a todas las cosas y todas las personas, porque todavía estoy vivo. Un día más para ser
yo mismo».
Así es como veo yo la vida. Esto es lo que el ángel de la muerte me enseñó: a permanecer
completamente abierto, a saber que no hay nada que temer. Por supuesto, yo trato a las personas que quiero
con amor porque sé que éste puede ser el último día para poder decirles cuánto las amo. No sé si voy a
volver a ver a mis seres queridos, de modo que no quiero pelearme con ellos.
¿Qué ocurriría sí tuviese una gran pelea con alguien a quien quiero, le lanzase todo el veneno
emocional que tengo contra él o ella, y se muriese al día siguiente? ¡Ay, Dios mío! El Juez me atacaría con
dureza y yo me sentiría muy culpable por todo lo que dije. Incluso me sentiría culpable por no haberle dicho a
esa persona cuánto la quería. El amor que me hace feliz es el que puedo compartir con la gente que amo.
¿Por qué voy a negar que les quiero? No es importante que me devuelvan ese amor. Quizá muera yo
mañana o tal vez muera alguien a quien amo. Lo que me hace feliz es hacerle saber hoy lo mucho que le
quiero.
Se puede vivir de esta manera. Sí lo haces, te preparas para la iniciación a la muerte. Lo que ocurrirá
en esta iniciación es que el viejo sueño que tienes en la mente morirá para siempre. Sí, tendrás recuerdos del
parásito –del Juez, de la Víctima y de lo que solías creer–, pero estará muerto.
Esto es lo que va a morir en la iniciación a la muerte: el parásito. No resulta fácil emprender esta
iniciación porque el Juez y la Víctima luchan con todas sus armas disponibles. No quieren morir. Y entonces
sentimos que quien va a morir somos nosotros, y tenemos miedo de esta muerte.
Cuando vivimos en el sueño del planeta, es como si estuviésemos muertos. Si sobrevivimos a la
iniciación a la muerte, recibimos el don más maravilloso: la resurrección. Eso quiere decir que renacemos de
entre los muertos, estamos vivos, somos nosotros mismos de nuevo. La resurrección es convertirse otra vez
en un niño, ser salvaje y libre, pero con una diferencia: en lugar de inocencia, tenemos libertad con sabiduría.
Somos capaces de romper nuestra domesticación, recuperar nuestra libertad y sanar nuestra mente. Nos
rendimos al ángel de la muerte sabiendo que el parásito morirá y nosotros viviremos con una mente sana y un
perfecto juicio. Entonces, seremos libres para utilizar nuestra propia mente y dirigir nuestra vida.
Esto es lo que el ángel de la muerte nos enseña en la tradición tolteca. Se nos aparece y nos dice:
«Todo lo que hay aquí me pertenece; no es tuyo. Tu casa, tu pareja, tus hijos, tu coche, tu trabajo, tu dinero:
todo me pertenece y me lo puedo llevar cuando quiera, pero por ahora, puedes utilizarlo».
Si nos rendimos al ángel de la muerte, seremos felices para siempre. ¿Por qué? Porque el ángel de la
muerte se lleva consigo el pasado para que la vida pueda continuar. Se lleva de cada momento pasado la
parte que está muerta, y nosotros continuamos viviendo en el presente. El parásito quiere que carguemos con
el pasado, y esto hace que estar vivo resulte muy pesado. Si intentamos vivir en el pasado, ¿cómo vamos a
disfrutar del presente? Si soñamos con el futuro, ¿por qué cargar con el peso del pasado? ¿Cuándo viviremos
en el presente? Esto es lo que el ángel de la muerte nos enseña a hacer.


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7
EL NUEVO SUEÑO


El Cielo en la Tierra
Quiero que olvides todo lo que has aprendido en tu vida. Este es el principio de un nuevo
entendimiento, de un nuevo sueño.
El sueño que vives lo has creado tú. Es tu percepción de la realidad que puedes cambiar en cualquier
momento. Tienes el poder de crear el Infierno y el de crear el Cielo. ¿Por qué no soñar un sueño distinto?
¿Por qué no utilizar tu mente, tu imaginación y tus emociones para soñar el Cielo?
Sólo con utilizar tu imaginación podrás comprobar que suceden cosas increíbles. Imagínate que tienes
la capacidad de ver el mundo con otros ojos siempre que quieras. Cada vez que abres los ojos, ves el mundo
que te rodea de una manera diferente.
Ahora, cierra los ojos, y después, ábrelos y mira.
Lo que verás es amor que emana de los árboles, del Cielo, de la luz. Percibirás el amor que emana
directamente de todas las cosas, incluso de ti mismo y de otros seres humanos. Aun cuando estén tristes o
enfadados, verás que por detrás de sus sentimientos, también envían amor.
Quiero que utilices tu imaginación y la percepción de tus nuevos ojos para verte a ti mismo viviendo un
nuevo sueño, una vida en la que no sea necesario que justifiques tu existencia y en la que seas libre para ser
quien realmente eres.
Imagínate que tienes permiso para ser feliz y para disfrutar de verdad de tu vida. Imagínate que vives
libre de conflictos contigo mismo y con los demás.
Imagínate que no tienes miedo de expresar tus sueños. Sabes qué quieres, cuándo lo quieres y qué no
quieres. Tienes libertad para cambiar tu vida y hacer que sea como tú quieras. No temes pedir lo que
necesitas, decir que sí o que no a lo que sea o a quien sea.
Imagínate que vives sin miedo a ser juzgado por los demás. Ya no te dejas llevar por lo que otras
personas puedan pensar de ti. Ya no eres responsable de la opinión de nadie. No sientes la necesidad de
controlar a nadie y nadie te controla a ti.
Imagínate que vives sin juzgar a los demás, que los perdonas con facilidad y te desprendes de todos los
juicios que sueles hacer. No sientes la necesidad de tener razón ni de decirle a nadie que está equivocado.
Te respetas a ti mismo y a los demás, y a cambio, ellos te respetan a ti.
Imagínate que vives sin el miedo de amar y no ser correspondido. Ya no temes que te rechacen y no
sientes la necesidad de que te acepten. Puedes decir: «Te quiero», sin sentir vergüenza y sin justificarte.
Puedes andar por el mundo con el corazón completamente abierto y sin el temor de que te puedan herir.
Imagínate que vives sin miedo a arriesgarte y a explorar la vida. No temes perder nada. No tienes miedo
de estar vivo en el mundo y tampoco de morir.
Imagínate que te amas a ti mismo tal como eres. Que amas tu cuerpo y tus emociones tal como son.
Sabes que eres perfecto tal como eres.
La razón por la que te pido que imagines todas estas cosas es porque ¡son todas totalmente posibles!
Puedes vivir en un estado de gracia, de dicha, en el sueño del Cielo. Pero para experimentarlo, en primer
lugar tienes que entender en qué consiste.
Sólo el amor tiene la capacidad de proporcionarte este estado de dicha. Es como estar enamorado.
Flotas entre las nubes. Percibes amor vayas donde vayas. Es del todo posible vivir de este modo
permanentemente. Lo es porque otros lo han conseguido y no son distintos de ti. Viven en un estado de dicha
porque han cambiado sus acuerdos y sueñan un sueño diferente.
Una vez sientas lo que significa vivir en estado de dicha, lo adorarás. Sabrás que el Cielo en la Tierra
existe de verdad. Una vez sepas que es posible permanecer en él, hacer el esfuerzo para conseguirlo sólo
dependerá de ti. Hace dos mil años, Jesús nos habló del reino de los Cielos, del reino del amor, pero no había
casi nadie preparado para oírlo. Dijeron: «¿A qué te refieres? Mi corazón está vacío, no siento el amor del
que hablas, no siento la paz que tú tienes». Eso no es necesario. Sólo imagínate que su mensaje de amor es
posible y descubrirás que es tuyo.
El mundo es precioso, es maravilloso. La vida resulta muy fácil cuando haces del amor tu forma de vida.
Es posible amar todo el tiempo sí uno elige hacerlo. Quizá no tengas una razón para amar, pero si lo haces,
verás que te proporciona una gran felicidad. El amor en acción sólo genera felicidad. El amor te traerá paz
interior. Cambiará tu percepción de todas las cosas.
Puedes verlo todo con los OJOS del amor. Puedes ser consciente de que el amor te rodea por todas
partes. Cuando vives de esta manera, la bruma de tu mente se disipa. El mitote desaparece para siempre.
Esto es lo que los seres humanos hemos buscado durante siglos. Durante miles de años hemos buscado la
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felicidad, que es el paraíso perdido. Los seres humanos nos hemos esforzado mucho por alcanzarla, y esto
forma parte de la evolución de la mente. Este es el futuro de la humanidad.
Esta forma de vida es posible y está en tus manos. Moisés la llamó la Tierra Prometida, Buda la llamó el
Nirvana, Jesús la llamó el Cielo y los toltecas la llaman el Nuevo Sueño. Por desgracia, tu identidad está
mezclada con el sueño del planeta. Todas tus creencias y tus acuerdos están ahí, en la bruma. Sientes la
presencia del parásito y crees que eres tú. Esto dificulta tu liberación: dejar marchar al parásito y crear un
espacio para experimentar el amor. Estás vinculado al Juez y a la Víctima. Sufrir hace que te sientas seguro
porque es algo que conoces a la perfección.
Pero, en realidad, no hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque eliges hacerlo. Si
examinas tu vida, descubrirás muchas excusas para sufrir, pero no encontrarás una buena razón para
hacerlo. Lo mismo ocurre con la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque eliges serlo. La
felicidad, igual que el sufrimiento, es una elección.
Tal vez no podamos escapar del destino del ser humano, pero podemos elegir entre sufrir nuestro
destino o disfrutar de él, entre sufrir o amar y ser feliz, entre vivir en el Infierno o vivir en el Cielo. Mi elección
personal es vivir en el Cielo. ¿Y la tuya?


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Oraciones
Haz el favor de tomarte unos instantes para cerrar los ojos, abrir tu corazón y sentir todo el amor que
emana de él.
Quiero que repitas mis palabras en tu mente y en tu corazón, y que sientas una conexión de amor muy
fuerte. Juntos, vamos a pronunciar una oración muy especial para experimentar la comunión con nuestro
Creador.
Dirige tu atención a tus pulmones como si sólo existiesen ellos. Cuando tus pulmones se expandan,
siente el placer de satisfacer la mayor necesidad del cuerpo humano: respirar.
Haz una inspiración profunda y siente el aire a medida que va entrando en tus pulmones. Siente que no
es otra cosa que amor. Descubre la conexión que existe entre el aire y los pulmones, una conexión de amor.
Llena tus pulmones de aire hasta que tu cuerpo sienta la necesidad de expulsarlo. Y entonces, espira y siente
de nuevo el placer, porque siempre que satisfacemos una necesidad del cuerpo, sentimos placer. Respirar
nos proporciona un gran placer. Es lo único que necesitamos para sentirnos siempre felices, para disfrutar de
la vida. Estar vivos es suficiente. Siente el placer de estar vivo, el placer del sentimiento del amor...
Oración para la libertad
Creador del Universo, hoy te pedimos que compartas con nosotros una fuerte comunión de amor.
Sabemos que tu verdadero nombre es Amor, que comulgar contigo significa compartir tu misma vibración, tu
misma frecuencia, porque tú eres lo único que existe en el Universo.
Hoy te pedimos que nos ayudes a ser como tú, a amar la vida, a ser vida, a ser amor. Ayúdanos a amar
como tú, sin condiciones, sin expectativas, sin obligaciones, sin juicios. Ayúdanos a amarnos y aceptarnos a
nosotros mismos sin juzgarnos, porque cuando nos juzgamos, nos hallamos culpables y necesitamos ser
castigados.
Ayúdanos a amar todas tus creaciones de un modo incondicional, en especial a los seres humanos, y
sobre todo a las personas que nos rodean: a nuestros familiares y a todos aquellos que nos esforzamos tanto
por amar. Porque cuando los rechazamos, nos rechazamos a nosotros mismos, y cuando nos rechazamos a
nosotros mismos, te rechazamos a ti.
Ayúdanos a amar a los demás tal como son, sin condiciones. Ayúdanos a aceptarlos como son, sin
juzgarlos, porque si los juzgamos, los encontramos culpables y sentimos la necesidad de castigarlos.
Limpia hoy nuestro corazón de todo veneno emocional, libera nuestra mente de todo juicio para que
podamos vivir en una paz y un amor absolutos.
Hoy es un día muy especial. Hoy abrimos nuestro corazón para amar de nuevo y para decirnos los unos
a los otros: «Te amo», sin ningún miedo, de verdad. Hoy nos ofrecemos a ti. Ven a nosotros, utiliza nuestra
voz, nuestros ojos, nuestras manos y nuestro corazón para compartir la comunión del amor con todos. Hoy,
Creador, ayúdanos a ser como tú. Gracias por todo lo que recibimos en el día de hoy, en especial por la
libertad de ser quienes realmente somos. Amén.
Oración para el amor
Vamos a compartir un bello sueño juntos: un sueño que querrás tener siempre. En este sueño te
encuentras en un precioso día cálido y soleado. Oyes los pájaros, el viento y un pequeño río. Te diriges hacia
él; en su orilla hay un anciano que medita y ves que, de su cabeza, emana una luz maravillosa de distintos
colores. Intentas no molestarle, pero él percibe tu presencia y abre los ojos, que rebosan amor. Sonríe
ampliamente. Le preguntas qué hace para irradiar esa maravillosa luz, y si puede enseñarte a hacerlo. Te
contesta que hace muchos, muchos años, él le hizo esa misma pregunta a su maestro.
El anciano empieza a explicarte su historia:
«Mi maestro se abrió el pecho, extrajo su corazón, y de él, tomó una preciosa llama. Después, abrió mi
pecho, sacó mí corazón y depositó esa pequeña llama en su interior. Colocó mi corazón de nuevo en mi
pecho, y tan pronto como el corazón estuvo dentro de mí, sentí un intenso amor, porque la llama que puso en
él era su propio amor.
»Esta llama creció en mi corazón y se convirtió en un gran fuego que no quema, sino que purifica todo
lo que toca. Este fuego tocó todas las células de mi cuerpo y ellas me entregaron su amor. Me volví uno con
mi cuerpo y mi amor creció todavía más. El fuego tocó todas las emociones de mí mente, que se
transformaron en un amor fuerte e intenso. Y me amé a mí mismo de una forma absoluta e incondicional.


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»Pero el fuego continuó ardiendo y sentí la necesidad de compartir mi amor. Decidí poner un poco de él
en cada árbol, y los árboles me amaron y me hice uno con ellos, pero mí amor no se detuvo, creció todavía
más. Puse un poco de él en cada flor, en la hierba y en la Tierra, y ellas me amaron y nos hicimos uno. Y mi
amor continuó creciendo más y más para amar a todos los anímales del mundo. Ellos respondieron a él, me
amaron y nos hicimos uno. Pero mi amor continuó creciendo más y más.
»Puse un poco de mi amor en cada cristal, en cada piedra, en el polvo y en los metales, y me amaron y
me hice uno con la Tierra. Y entonces decidí poner mi amor en el agua, en los océanos, en los ríos, en la
lluvia y en la nieve, y me amaron y nos hicimos uno. Y mi amor siguió creciendo todavía más y más. Y decidí
entregar mi amor al aire, al viento. Sentí una fuerte comunión con la Tierra, con el viento, con los océanos,
con la naturaleza, y mi amor creció más y más.
»Volví la cabeza al Cielo, al sol y a las estrellas y puse un poco de mi amor en cada estrella, en la luna y
en el sol, y me amaron. Y me hice uno con la luna, el sol y las estrellas, y mi amor continuó creciendo más y
más. Y puse un poco de mi amor en cada ser humano y me volví uno con toda la humanidad. Dondequiera
que voy, con quienquiera que me encuentre, me veo en sus ojos, porque soy parte de todo, porque amo».
Y entonces el anciano abre su propio pecho, extrae su corazón con la preciosa llama dentro y la coloca
en tu corazón. Y ahora esa llama crece en tu interior. Ahora eres uno con el viento, con el agua, con las
estrellas, con toda la naturaleza, con los animales y con todos los seres humanos. Sientes el calor y la luz que
emana de la llama de tu corazón. De tu cabeza sale una preciosa luz de colores que brilla. Estás radiante con
el resplandor del amor y rezas:
Gracias, Creador del Universo, por el regalo de la vida que me has dado. Gracias por proporcionarme
todo lo que verdaderamente he necesitado. Gracias por la oportunidad de sentir este precioso cuerpo y esta
maravillosa mente. Gracias por vivir en mi interior con todo tu amor, con tu espíritu puro e infinito, con tu luz
cálida y radiante.
Gracias por utilizar mis palabras, mis ojos y mi corazón para compartir tu amor dondequiera que voy. Te
amo tal como eres, y por ser tu creación, me amo a mí mismo tal como soy. Ayúdame a conservar el amor y
la paz en mi corazón y a hacer de ese amor una nueva forma de vida, y haz que pueda vivir amando el resto
de mi existencia. Amén.


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El doctor Miguel Ruiz es un maestro de la escuela tolteca de tradición mística. Combina su mezcla única
de conocimientos en talleres, conferencias y viajes guiados a Teotihuacan, México. En esta antigua ciudad de
las pirámides, conocida por los toltecas como el lugar en el que «el hombre se convierte en Dios», el doctor
Miguel Ruiz sigue el proceso que los antiguos profetas trazaron para guiar a los buscadores a través de sus
niveles ascendentes de consciencia.
Si desea recibir más información, puede ponerse en contacto con:
THE SIXTH SUN FOUNDATION
1208 Turquoise Trail
Cerrillos, New México 87010
Estados Unidos


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Miguel Ruiz, nacido en una familia de sanadores y criado en el México rural por una madre curandera y
un abuelo nagual, parecía destinado a mantener la tradición familiar y seguir transmitiendo el conocimiento
esotérico tolteca. Sin embargo, atraído por la vida moderna prefirió estudiar medicina y se convirtió en
cirujano, hasta que, a comienzos de los años setenta, una experiencia de casi muerte abrió en su vida una
etapa de introspección que le condujo de nuevo a la antigua sabiduría ancestral.
Actualmente, el doctor Miguel Ruiz enseña y armoniza su conocimiento en talleres, conferencias y
seminarios guiados a Teotihuacan, en México, la antigua ciudad que los toltecas conocían como "El lugar
donde el hombre se transforma en Dios".
Diseño de la cubierta: Josep Ubach
Ilustración cubierta: Nicholas Wilton
_______________________________
EDICIONES URANO
Dr. Miguel Ruiz
Los Cuatro Acuerdos
Una guía práctica para la libertad personal
El conocimiento tolteca surge de la misma unidad esencial de la verdad de la que parten todas las
tradiciones esotéricas sagradas del mundo. Aunque no es una religión, respeta a todos los maestros
espirituales que han enseñado en la Tierra, y si bien abraza el espíritu, resulta más preciso describirlo como
una manera de vivir que se distingue por su fácil acceso a la felicidad y el amor.
El doctor Miguel Ruiz nos propone en este libro un sencillo procedimiento para eliminar todas aquellas
creencias heredadas que nos limitan y substituirlas por otras que responden a nuestra realidad interior y nos
conducen a la libertad.

lunes, 21 de octubre de 2013

Los Cuatro Acuerdos 3RA PARTE

EL TERCER ACUERDO


No hagas suposiciones
El Tercer Acuerdo consiste en no hacer suposiciones.
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que
suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás hacen o
piensan –nos lo tomamos personalmente–, y después, los culpamos y reaccionamos enviando veneno
emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que hacemos suposiciones, nos
buscamos problemas. Hacemos una suposición, comprendernos las cosas mal, nos lo tomamos
personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada.
Toda la tristeza y los dramas que has experimentado tenían sus raíces en las suposiciones que hiciste y
en las cosas que te tomaste personalmente. Concédete un momento para considerar la verdad de esta
afirmación. Toda la cuestión del dominio entre los seres humanos gira alrededor de las suposiciones y el
tomarse las cosas personalmente. Todo nuestro sueño del Infierno se basa en ello.
Producimos mucho veneno emocional haciendo suposiciones y tomándonoslas personalmente, porque,
por lo general, empezamos a chismorrear a partir de nuestras suposiciones. Recuerda que chismorrear es
nuestra forma de comunicarnos y enviarnos veneno los unos a los otros en el sueño del Infierno. Como
tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos suposiciones y creemos que son ciertas; después, las
defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga razón. Siempre es mejor preguntar que hacer una
suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento.
El gran mitote de la mente humana crea un enorme caos que nos lleva a interpretar y entender mal
todas las cosas. Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las cosas tal
como son. Tenemos la costumbre de soñar sin basarnos en la realidad. Literalmente, inventamos las cosas
en nuestra imaginación. Como no entendemos algo, hacemos una suposición sobre su significado, y cuando
la verdad aparece, la burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos que no era en absoluto lo que nosotros
creíamos.
Un ejemplo: Andas por el paseo y ves a una persona que te gusta. Se vuelve hacia ti, te sonríe y
después se aleja. Sólo con esta experiencia puedes hacer muchas suposiciones. Con ellas es posible crear
toda una fantasía. Y tú verdaderamente quieres creerte la fantasía y convertirla en realidad. Empiezas a crear
un sueño completo a partir de tus suposiciones, y puede que te lo creas: «Realmente le gusto mucho». A
partir de esto, en tu mente empieza una relación entera. Quizás, en tu mundo de fantasía, hasta llegues a
casarte con esa persona. Pero la fantasía está en tu mente, en tu sueño personal.
Hacer suposiciones en nuestras relaciones significa buscarse problemas. A menudo, suponemos que
nuestra pareja sabe lo que pensamos y que no es necesario que le digamos lo que queremos. Suponemos
que hará lo que queremos porque nos conoce muy bien. Si no hace lo que creemos que debería hacer, nos
sentimos realmente heridos y decimos: «Deberías haberlo sabido».
Otro ejemplo: Decides casarte y supones que tu pareja ve el matrimonio de la misma manera que tú.
Después, al vivir juntos, descubres que no es así. Esto crea muchos conflictos; sin embargo, no intentas
clarificar tus sentimientos sobre el matrimonio. El marido regresa a casa del trabajo. La mujer está furiosa y el
marido no sabe por qué. Quizá sea porque la mujer hizo una suposición. No le dice a su marido lo que quiere
porque supone que él la conoce tan bien que ya lo sabe, como si pudiese leer su mente. Se disgusta porque
él no satisface sus expectativas. Hacer suposiciones en las relaciones conduce a muchas disputas,
dificultades y malentendidos con las personas que supuestamente amamos.
En cualquier tipo de relación, podemos suponer que los demás saben lo que pensamos y que no es
necesario que digamos lo que queremos. Harán lo que queremos porque nos conocen muy bien. Si no lo
hacen, si no hacen lo que creemos que deberían hacer, nos sentimos heridos y pensamos: «¿Cómo ha
podido hacer eso? Debería haberlo sabido». Suponemos que la otra persona sabe lo que queremos.
Creamos un drama completo porque hacemos esta suposición y después añadimos otras más encima de ella.
El funcionamiento de la mente humana es muy interesante. Necesitamos justificarlo, explicarlo y
comprenderlo todo para sentirnos seguros. Tenemos millones de preguntas que precisan respuesta porque
hay muchas cosas que la mente racional es incapaz de explicar. No importa si la respuesta es correcta o no;
por sí sola, bastará para que nos sintamos seguros. Esta es la razón por la cual hacemos suposiciones.
Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones, y si no nos dicen nada, también las hacemos para
satisfacer nuestra necesidad de saber y reemplazar la necesidad de comunicarnos. Incluso si oímos algo y no
lo entendemos, hacemos suposiciones sobre lo que significa, y después, creemos en ellas. Hacemos todo
tipo de suposiciones porque no tenemos el valor de preguntar.



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La mayoría de las veces, hacemos nuestras suposiciones con gran rapidez y de una manera
inconsciente, porque hemos establecido acuerdos para comunicarnos de esta forma. Hemos acordado que
hacer preguntas es peligroso, y que la gente que nos ama debería saber qué queremos o cómo nos sentimos.
Cuando creemos algo, suponemos que tenemos razón hasta el punto de llegar a destruir nuestras relaciones
para defender nuestra posición.
Suponemos que todo el mundo ve la vida del mismo modo que nosotros. Suponemos que los demás
piensan, sienten, juzgan y maltratan como nosotros lo hacemos. Esta es la mayor suposición que podemos
hacer, y es la razón por la cual nos da miedo ser nosotros mismos ante los demás, porque creemos que nos
juzgarán, nos convertirán en sus víctimas, nos maltratarán y nos culparán como nosotros mismos hacemos.
De modo que, incluso antes de que los demás tengan la oportunidad de rechazarnos, nosotros ya nos hemos
rechazado a nosotros mismos. Así es como funciona la mente humana.
También hacemos suposiciones sobre nosotros mismos, y esto crea muchos conflictos internos. Por
ejemplo, supones que eres capaz de hacer algo, y después descubres que no lo eres. Te sobrestimas o te
subestimas a ti mismo porque no te has tomado el tiempo necesario para hacerte preguntas y contestártelas.
Tal vez necesites más datos sobre una situación en particular. O quizá necesites dejar de mentirte a ti mismo
sobre lo que verdaderamente quieres.
A menudo, cuando inicias una relación con alguien que te gusta, tienes que justificar por qué te gusta.
Sólo ves lo que quieres ver y niegas que algunos aspectos de esa persona te disgustan. Te mientes a ti
mismo con el único fin de sentir que tienes razón. Después haces suposiciones, y una de ellas es: «Mi amor
cambiará a esta persona». Pero no es verdad. Tu amor no cambiará a nadie. Si las personas cambian es
porque quieren cambiar, no porque tú puedas cambiarlas. Entonces, ocurre algo entre vosotros dos y te
sientes dolido. De pronto, ves lo que no quisiste ver antes, sólo que ahora está amplificado por tu veneno
emocional. Ahora tienes que justificar tu dolor emocional y echar la culpa de tus decisiones a los demás.
No es necesario que justifiquemos el amor; está presente o no lo está. El amor verdadero es aceptar a
los demás tal como son sin tratar de cambiarlos. Si intentamos cambiarlos significa que, en realidad, no nos
gustan. Por supuesto, sí decides vivir con alguien, si llegas a ese acuerdo, siempre será mejor que esa
persona sea exactamente como tú quieres que sea. Encuentra a alguien a quien no tengas que cambiar en
absoluto. Resulta mucho más fácil hallar a alguien que ya sea como tú quieres que sea, que intentar cambiar
a una persona. Además, ese alguien debe quererte tal como eres para no tener que hacerte cambiar en
absoluto. Si otras personas piensan que tienes que cambiar, eso significa que, en realidad, no te aman tal
como eres. ¿Y para qué estar con alguien si tú no eres tal como quiere que seas?
Debemos ser quienes somos, de modo que no tenemos que presentar una falsa imagen. Si me amas
tal como soy, muy bien, tómame. Si no me amas tal como soy, muy bien, adiós. Búscate a otro. Quizá suene
duro, pero este tipo de comunicación significa que los acuerdos personales que establecemos con los demás
son claros e impecables.
Imagínate tan sólo el día en que dejes de suponer cosas de tu pareja, y a la larga, de cualquier otra
persona de tu vida. Tu manera de comunicarte cambiará completamente y tus relaciones ya no sufrirán más a
causa de conflictos creados por suposiciones equivocadas.
La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras. Si no
comprendes alguna, ten el valor de preguntar hasta clarificarlo todo lo posible, e incluso entonces, no
supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular. Una vez escuches la respuesta, no tendrás que
hacer suposiciones porque sabrás la verdad.
Asimismo, encuentra tu voz para preguntar lo que quieres. Todo el mundo tiene derecho a contestarte
«sí» o «no», pero tú siempre tendrás derecho a preguntar. Del mismo modo, todo el mundo tiene derecho a
preguntarte y tú tienes derecho a contestar «sí» o «no».
Si no entiendes algo, en lugar de hacer una suposición, es mejor que preguntes y que seas claro. El día
que dejes de hacer suposiciones, te comunicarás con habilidad y claridad, libre de veneno emocional. Cuando
ya no hagas suposiciones, tus palabras se volverán impecables.
Con una comunicación clara, todas tus relaciones cambiarán, no sólo la que tienes con tu pareja, sino
también todas las demás. No será necesario que hagas suposiciones porque todo se volverá muy claro. Esto
es lo que yo quiero, y esto es lo que tú quieres. Si nos comunicamos de esta manera, nuestras palabras se
volverán impecables. Si todos los seres humanos fuésemos capaces de comunicarnos de esta manera, con la
impecabilidad de nuestras palabras, no habría guerras, ni violencia ni disputas. Sólo con que fuésemos
capaces de tener una comunicación buena y clara, todos nuestros problemas se resolverían.
Este es, pues, el Tercer Acuerdo: No harás suposiciones. Decirlo es fácil, pero comprendo que hacerlo
es difícil. Lo es porque, muy a menudo, hacernos exactamente lo contrario. Tenemos todos esos hábitos y
rutinas de los que ni tan siquiera somos conscientes. Tomar consciencia de esos hábitos y comprender la
importancia de este acuerdo es el primer paso, pero no es suficiente. La idea o la información es sólo una
semilla en la mente. Lo que realmente hará que las cosas cambien es la acción. Actuar una y otra vez
fortalece tu voluntad, nutre la semilla y establece una base sólida para que el nuevo hábito se desarrolle. Tras
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muchas repeticiones, estos nuevos acuerdos se convertirán en parte de ti mismo y verás cómo la magia de
tus palabras hará que dejes de ser un mago negro para convertirte en un mago blanco.
Un mago blanco utiliza las palabras para crear, dar, compartir y amar. Si haces un hábito de este
acuerdo, transformarás completamente tu vida.
Cuando transformas todo tu sueño, la magia aparece en tu vida. Lo que necesitas te llega con gran
facilidad porque el espíritu se mueve libremente en ti. Esta es la maestría del intento, del espíritu, del amor,
de la gratitud y de la vida. Este es el objetivo del tolteca. Este es el camino hacia la libertad personal.
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EL CUARTO ACUERDO
Haz siempre tu máximo esfuerzo
Sólo hay un acuerdo más, pero es el que permite que los otros tres se conviertan en hábitos
profundamente arraigados. El Cuarto Acuerdo se refiere a la realización de los tres primeros: Haz siempre tu
mejor esfuerzo. Bajo cualquier circunstancia, haz siempre tu máximo esfuerzo, ni más ni menos. Pero piensa
que eso va a variar de un momento a otro. Todas las cosas están vivas y cambian continuamente, de modo
que, en ocasiones, lo máximo que podrás hacer tendrá una gran calidad, y en otras no será tan bueno.
Cuando te despiertas renovado y lleno de vigor por la mañana, tu rendimiento es mejor que por la noche
cuando estás agotado. Lo máximo que puedas hacer será distinto cuando estés sano que cuando estés
enfermo, o cuando estés sobrio que cuando hayas bebido. Tu rendimiento dependerá de que te sientas de
maravilla y feliz o disgustado, enfadado o celoso.
En tus estados de ánimo diarios, lo máximo que podrás hacer cambiará de un momento a otro, de una
hora a otra, de un día a otro. También cambiará con el tiempo. A medida que vayas adquiriendo el hábito de
los cuatro nuevos acuerdos, tu rendimiento será mejor de lo que solía ser.
Independientemente del resultado, sigue haciendo siempre tu máximo esfuerzo, ni más ni menos. Sí
intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la necesaria, y al
final tu rendimiento no será suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti, y por consiguiente
te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes
a ti mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches.
Limítate a hacer tu máximo esfuerzo, en cualquier circunstancia de tu vida. No importa si estás enfermo
o cansado, si siempre haces tu máximo esfuerzo, no te juzgarás a ti mismo en modo alguno. Y si no te
juzgas, no te harás reproches, ni te culparás ni te castigarás en absoluto. Si haces siempre tu máximo
esfuerzo, romperás el fuerte hechizo al que estás sometido.
Había una vez un hombre que quería trascender su sufrimiento, de modo que se fue a un templo
budista para encontrar a un maestro que le ayudase. Se acercó a él y le dijo: «Maestro, si medito cuatro horas
al día, ¿cuánto tiempo tardaré en alcanzar la iluminación?». El maestro le miró y le respondió: «Si meditas
cuatro horas al día, tal vez lo consigas dentro de diez años».
El hombre, pensando que podía hacer más, le dijo: «Maestro, y si medito ocho horas al día, ¿cuánto
tiempo tardaré en alcanzar la iluminación?».
El maestro le miró y le respondió: «Si meditas ocho horas al día, tal vez lo lograrás dentro de veinte
años».
«Pero ¿por qué tardaré más tiempo si medito más?», preguntó el hombre.
El maestro contestó: «No estás aquí para sacrificar tu alegría ni tu vida. Estás aquí para vivir, para ser
feliz y para amar. Si puedes alcanzar tu máximo nivel en dos horas de meditación, pero utilizas ocho, sólo
conseguirás agotarte, apartarte del verdadero sentido de la meditación y no disfrutar de tu vida. Haz tu
máximo esfuerzo, y tal vez aprenderás que independientemente del tiempo que medites, puedes vivir, amar y
ser feliz».



¥
Si haces tu máximo esfuerzo, vivirás con gran intensidad. Serás productivo, y serás bueno contigo
mismo porque te entregarás a tu familia, a tu comunidad, a todo. Pero la acción es lo que te hará sentir
inmensamente feliz. Siempre que haces tu máximo esfuerzo, actúas. Hacer tu máximo esfuerzo significa
actuar porque amas hacerlo, no porque esperas una recompensa. La mayor parte de las personas hacen
exactamente lo contrario: sólo emprenden la acción cuando esperan una recompensa, y no disfrutan de ella.
Y ese es el motivo por el que no hacen su máximo esfuerzo.
Por ejemplo, la mayoría de las personas van a trabajar y piensan únicamente en el día de pago y en el
dinero que obtendrán por su trabajo. Están impacientes esperando a que llegue el viernes o el sábado, el día
en el que reciben su salario y pueden tomarse unas horas libres. Trabajan por su recompensa, y el resultado
es que se resisten al trabajo. Intentan evitar la acción; ésta entonces se vuelve cada vez más difícil, y esos
hombres no hacen su máximo esfuerzo.
Trabajan muy duramente durante toda la semana, soportan el trabajo, soportan la acción, no porque les
guste, sino porque sienten que es lo que deben hacer. Tienen que trabajar porque han de pagar el alquiler y
mantener a su familia. Son hombres frustrados, y cuando reciben su paga, no se sienten felices. Tienen dos
días para descansar, para hacer lo que les apetezca, y ¿qué es lo que hacen? Intentan escaparse. Se



21
emborrachan porque no se gustan a sí mismos. No les gusta su vida. Cuando no nos gusta cómo somos, nos
herimos de muy diversas maneras.
Sin embargo, si emprendes la acción por el puro placer de hacerlo, sin esperar una recompensa,
descubrirás que disfrutas de cada cosa que llevas a cabo. Las recompensas llegarán, pero tú no estarás
apegado a ellas. Si no esperas una recompensa, es posible que incluso llegues a conseguir más de lo que
hubieses imaginado. Si nos gusta lo que hacemos y si siempre hacemos nuestro máximo esfuerzo, entonces
disfrutamos realmente de nuestra vida. Nos divertimos, no nos aburrimos y no nos sentimos frustrados.
Cuando haces tu máximo esfuerzo, no le das al Juez la oportunidad de que dicte sentencia y te
considere culpable. Si has hecho tu máximo esfuerzo y el Juez intenta juzgarte basándose en tu Libro de la
Ley, tú tienes la respuesta: «Hice mi máximo esfuerzo ». No hay reproches. Esta es la razón por la cual
siempre hacemos nuestro máximo esfuerzo. No es un acuerdo que sea fácil de mantener, pero te hará
realmente libre.
Cuando haces tu máximo esfuerzo, aprendes a aceptarte a ti mismo, pero tienes que ser consciente y
aprender de tus errores. Eso significa practicar, comprobar los resultados con honestidad y continuar
practicando. Así se expande la consciencia.
Cuando haces tu máximo esfuerzo no parece que trabajes, porque disfrutas de todo lo que haces.
Sabes que haces tu máximo esfuerzo cuando disfrutas de la acción o la llevas a cabo de una manera que no
te repercute negativamente. Haces tu máximo esfuerzo porque quieres hacerlo, no porque tengas que
hacerlo, ni por complacer al Juez o a los demás.
Si emprendes la acción porque te sientes obligado, entonces, de ninguna manera harás tu máximo
esfuerzo. En ese caso, es mejor no hacerlo. Cuando haces tu máximo esfuerzo, siempre te sientes muy feliz;
por eso lo haces. Cuando haces tu máximo esfuerzo por el mero placer de hacerlo, emprendes la acción
porque disfrutas de ella.
La acción consiste en vivir con plenitud. La inacción es nuestra forma de negar la vida, y consiste en
sentarse delante del televisor cada día durante años porque te da miedo estar vivo y arriesgarte a expresar lo
que eres. Expresar lo que eres es emprender la acción. Puede que tengas grandes ideas en la cabeza, pero
lo que importa es la acción. Una idea, si no se lleva a cabo, no producirá ninguna manifestación, ni resultados
ni recompensas.
La historia de Forrest Gump es un buen ejemplo. No tenía grandes ideas, pero actuaba. Era feliz porque
hacía lo máximo que podía en todo lo que emprendía. Recibió importantes recompensas que no había
esperado. Emprender la acción es estar vivo. Es arriesgarse a salir y expresar tu sueño. Esto no significa que
se lo impongas a los demás, porque todo el mundo tiene derecho a expresar su propio sueño.
Hacer tu máximo esfuerzo es un gran hábito que te conviene adquirir. Yo hago mi máximo esfuerzo en
todo lo que emprendo y siento. Hacerlo se ha convertido en un ritual que forma parte de mí vida, porque yo
escogí que así fuese. Es una creencia, como cualquier otra de las que he elegido tener. Lo convierto todo en
un ritual y siempre hago lo máximo que puedo. Para mí, ducharse es un ritual; con esta acción le digo a mí
cuerpo lo mucho que lo amo. Disfruto al sentir el agua correr por mi cuerpo. Hago mi máximo esfuerzo para
que las necesidades de mi cuerpo se vean satisfechas, para cuidarlo y para recibir lo que me da.
En la India celebran un ritual denominado puja. En él cogen unas imágenes que representan a Dios de
muy diversas maneras y las bañan, les dan de comer y les ofrecen su amor. Incluso les cantan mantras. Las
imágenes no son importantes en sí. Lo que importa es la forma en que celebran el ritual, el modo en que
dicen: «Te amo, Dios».
Dios es vida. Dios es vida en acción. La mejor manera de decir: «Te amo. Dios», es vivir haciendo tu
máximo esfuerzo. La mejor manera de decir: «Gracias, Dios», es dejar ir el pasado y vivir el momento
presente, aquí y ahora. Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, permite que se vaya. Cuando te entregas y
dejas ir el pasado, te permites estar plenamente vivo en el momento presente. Dejar ir el pasado significa
disfrutar del sueño que acontece ahora mismo.
Si vives en un sueño del pasado, no disfrutas de lo que sucede en el momento presente, porque
siempre deseas que sea distinto. No hay tiempo para que te pierdas nada ni a nadie, porque estás vivo. No
disfrutar de lo que sucede ahora mismo es vivir en el pasado, es vivir sólo a medias. Esto conduce a la
autocompasión, el sufrimiento y las lágrimas.
Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de compartir tu amor.
Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala. No te resistas a que la vida pase por ti, porque es Dios que pasa
a través de ti. Tu existencia prueba, por sí sola, la existencia de Dios. Tu existencia prueba la existencia de la
vida y la energía.
No necesitamos saber ni probar nada. Ser, arriesgarnos a vivir y disfrutar de nuestra vida, es lo único
que importa. Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir que sí. Tienes derecho
a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo cuando haces tu máximo esfuerzo. Cuando no lo haces, te niegas el
derecho a ser tú mismo. Esta es una semilla que deberías nutrir en tu mente. No necesitas muchos
conocimientos ni grandes conceptos filosóficos. No necesitas que los demás te acepten. Expresas tu propia


22
divinidad mediante tu vida y el amor por ti mismo y por los demás. Decir: «Eh, te amo», es una expresión de
Dios.
Los tres primeros acuerdos sólo funcionarán si haces tu máximo esfuerzo. No esperes ser siempre
impecable con tus palabras. Tus hábitos rutinarios son demasiado fuertes y están firmemente arraigados en
tu mente. Pero puedes hacer tu máximo esfuerzo. No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas
personalmente; sólo haz tu máximo esfuerzo. No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, pero sí
puedes hacer tu máximo esfuerzo.
Si haces tu máximo esfuerzo, hábitos como emplear mal tus palabras, tomarte las cosas personalmente
y hacer suposiciones se debilitarán y con el tiempo, serán menos frecuentes. No es necesario que te juzgues
a ti mismo, que te sientas culpable o que te castigues por no ser capaz de mantener estos acuerdos. Cuando
haces tu máximo esfuerzo, te sientes bien contigo mismo aunque todavía hagas suposiciones, aunque
todavía te tomes las cosas personalmente y aunque todavía no seas impecable con tus palabras.
Si siempre haces tu máximo esfuerzo, una y otra vez, te convertirás en un maestro de la transformación.
La práctica forma al maestro. Cuando haces tu máximo esfuerzo, te conviertes en un maestro. Todo lo que
sabes lo has aprendido mediante la repetición. Aprendiste así a escribir, a conducir e incluso a andar. Eres un
maestro hablando tu lengua porque la has practicado. La acción es lo que importa.
Si haces tu máximo esfuerzo en la búsqueda de tu libertad personal y de tu autoestima, descubrirás que
encontrar lo que buscas es sólo cuestión de tiempo. No se trata de soñar despierto ni de sentarse varias
horas a soñar mientras meditas. Debes ponerte en pie y actuar como un ser humano. Debes honrar al
hombre o la mujer que eres. Debes respetar tu cuerpo, disfrutarlo, amarlo, alimentarlo, limpiarlo y sanarlo.
Ejercítalo y haz todo lo que le haga sentirse bien. Esto es una puja para tu cuerpo, es una comunión entre
Dios y tú.
No es necesario que adores a ninguna imagen de la Virgen María, de Cristo o de Buda. Puedes hacerlo
si quieres; si te hace sentir bien, hazlo. Tu propio cuerpo es una manifestación de Dios, y si honras a tu
cuerpo, todo cambiará para ti. Cuando des amor a todas las partes de tu cuerpo, plantarás semillas de amor
en tu mente, y cuando crezcan, amarás, honrarás y respetarás tu cuerpo inmensamente.
Entonces, toda acción se convertirá en un ritual mediante el cual honrarás a Dios. Después de esto, el
siguiente paso consistirá en honrar a Dios con cada pensamiento, con cada emoción, con cada creencia,
tanto si es «correcta» como si es «incorrecta». Cada pensamiento se convertirá en una comunión con Dios y
vivirás un sueño sin juicios, sin ser una víctima y libre de la necesidad de chismorrear y maltratarte.



¥
Cuando honres estos cuatro acuerdos juntos, ya no vivirás más en el Infierno. Definitivamente, no. Si
eres impecable con tus palabras, no te tomas nada personalmente, no haces suposiciones y siempre haces lo
máximo que puedas, tu vida será maravillosa y la controlarás al cien por cien.
Los Cuatro Acuerdos son un resumen de la maestría de la transformación, una de las maestrías de los
toltecas. Transformas el Infierno en Cielo. El sueño del planeta se transforma en tu sueño personal del Cielo.
El conocimiento está ahí; sólo espera a que tú lo utilices. Los Cuatro Acuerdos están ahí; sólo tienes que
adoptarlos y respetar su significado y su poder.
Lo único que tienes que hacer es lo máximo que puedas para honrar estos acuerdos. Establece hoy
este acuerdo: «Elijo respetar los Cuatro Acuerdos». Son tan sencillos y lógicos que incluso un niño puede
entenderlos. Pero para mantenerlos, necesitas una voluntad fuerte, una voluntad muy fuerte. ¿Por qué?
Porque vayamos donde vayamos descubrimos que nuestro camino está lleno de obstáculos. Todo el mundo
intenta sabotear nuestro compromiso con estos nuevos acuerdos, y todo lo que nos rodea está estructurado
para que los rompamos. El problema reside en los otros acuerdos que forman parte del sueño del planeta.
Están vivos y son muy fuertes.
Por esta razón es necesario que seas un gran cazador, un gran guerrero capaz de defender los Cuatro
Acuerdos con tu vida. Tu felicidad, tu libertad, toda tu manera de vivir dependen de ello. El objetivo del
guerrero es trascender este mundo, escapar de este Infierno y no regresar jamás a él. Tal como nos enseñan
los toltecas, la recompensa consiste en trascender la experiencia humana del sufrimiento, y convertirse en la
encarnación de Dios. Esa es la recompensa.
Verdaderamente, para triunfar en el cumplimiento de estos acuerdos, necesitamos utilizar todo el poder
que tenemos. Al principio, yo no creía que pudiera ser capaz de hacerlo. He fracasado muchas veces, pero
me levanté y seguí adelante. No me compadecí de mí mismo. De ninguna manera iba a compadecerme de mí
mismo. Dije: «Si me caigo, soy lo bastante fuerte, lo bastante inteligente, ¡puedo hacerlo!». Me levanté y
seguí adelante. Me caí y seguí adelante, y adelante, y cada vez me resultó más y más fácil. Sin embargo, al
comienzo era tan duro y tan difícil...



23
De modo que, si te caes, no te juzgues. No le des a tu Juez la satisfacción de convertirte en una víctima.
No, sé firme contigo mismo. Levántate y establece el acuerdo de nuevo: «Está bien, rompí el acuerdo de ser
impecable con mis palabras. Empezaré otra vez desde el principio. Voy a mantener los Cuatro Acuerdos sólo
por hoy. Hoy seré impecable con mis palabras, no me tomaré nada personalmente, no haré suposiciones y
haré mi máximo esfuerzo ».
Si rompes un acuerdo, empieza de nuevo mañana y de nuevo al día siguiente. Al principio será difícil,
pero cada día te parecerá más y más fácil hasta que, un día, descubrirás que los Cuatro Acuerdos dirigen tu
vida. Te sorprenderá ver cómo se ha transformado tu existencia.
No es necesario que seas religioso ni que vayas a la iglesia cada día. Tu amor y tu respeto por ti mismo
crecen incesantemente. Puedes hacerlo. Si yo lo hice, también tú puedes hacerlo. No te inquietes por el
futuro; mantén tu atención en el día de hoy y permanece en el momento presente. Vive el día a día. Haz
siempre lo máximo que puedas por mantener estos acuerdos, y pronto te resultará sencillo. Hoy es el
principio de un nuevo sueño.



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6

EL CAMINO TOLTECA HACIA LA LIBERTAD

Romper viejos acuerdos
Todos hablan de libertad. Distintas personas, diferentes razas y distintos países luchan por la libertad
en todo el mundo. Pero ¿qué es la libertad? En Estados Unidos decimos que vivimos en un país libre. Sin
embargo, ¿somos realmente libres? ¿Somos libres para ser quienes realmente somos? La respuesta es no,
no somos libres. La verdadera libertad está relacionada con el espíritu humano: es la libertad de ser quienes
realmente somos.
¿Quién nos impide ser libres? Culpamos al Gobierno, al clima, a nuestros padres, a la religión, a Dios...
¿Quién nos impide, realmente, ser libres? Nosotros mismos. ¿Qué significa, en realidad, ser libres? A veces
nos casamos y decimos que perdemos nuestra libertad, pero cuando nos divorciamos, seguimos sin ser
libres. ¿Qué nos lo impide? ¿Por qué no podemos ser nosotros mismos?
Tenemos recuerdos de tiempos pasados en los que éramos libres y disfrutábamos de ello, pero hemos
olvidado lo que verdaderamente significa la libertad.
Si vemos a un niño de dos o tres años, o quizá de cuatro, descubrimos un ser humano libre. ¿Por qué lo
es? Porque hace lo que quiere hacer. El ser humano es completamente salvaje, igual que una flor, un árbol o
un animal que no ha sido domesticado: ¡salvaje! Y si observamos a estos seres humanos de dos años de
edad, descubrimos que la mayor parte del tiempo sonríen y se divierten. Exploran el mundo. No les da miedo
Jugar. Sienten miedo cuando se hacen daño, cuando tienen hambre y cuando algunas de sus necesidades
no se ven satisfechas; pero no les preocupa el pasado, no les importa el futuro y sólo viven en el momento
presente.
Los niños muy pequeños no tienen miedo de expresar lo que sienten. Son tan afectuosos que, si
perciben amor, se funden en él. No les da miedo el amor. Esta es la descripción de un ser humano normal.
De niños, no le tenemos miedo al futuro ni nos avergonzamos del pasado. Nuestra tendencia natural es
disfrutar de la vida, jugar, explorar, ser felices y amar.
Pero ¿qué le ha pasado al ser humano adulto? ¿Por qué somos tan diferentes? ¿Por qué no somos
salvajes? Desde el punto de vista de la Víctima, diremos que nos ocurrió algo triste, y desde el punto de vista
del guerrero, diremos que lo que nos sucedió fue normal. Lo que pasa es que el Libro de la Ley, el gran Juez,
la Víctima y el sistema de creencias dirigen nuestra vida, y ya no somos libres porque no nos permiten ser
quienes realmente somos. Una vez nuestra mente ha sido programada con toda esa basura, dejamos de ser
felices.
Esta cadena de aprendizaje que se transmite de un ser humano a otro, de generación en generación,
es muy corriente en la sociedad humana. No culpes a tus padres por enseñarte a ser como ellos. ¿Qué otra
cosa podían enseñarte sino lo que sabían? Lo hicieron lo mejor que supieron, y si te maltrataron, fue debido a
su propia domesticación, a sus propios miedos y a sus propias creencias. No tenían ningún control sobre la
programación que ellos mismos recibieron, de modo que no podían actuar de otra forma.
No culpes a tus padres ni a ninguna otra persona que te haya maltratado en la vida, incluyéndote a ti
mismo. Pero ya es hora de poner fin a ese maltrato. Ya es hora de que te liberes de la tiranía del Juez y de
que cambies los fundamentos de tus propios acuerdos. Ya es hora de que te liberes del papel de Víctima.
Tu verdadero yo es todavía un niño pequeño que nunca creció. En ocasiones, cuando te diviertes o
juegas, cuando te sientes feliz, cuando pintas, escribes poesía o tocas el piano, o cuando te expresas de
cualquier otro modo, ese niño pequeño reaparece. Estos son los momentos más felices de tu vida: cuando
surge tu yo verdadero, cuando no te importa el pasado y no te preocupas por el futuro. Entonces eres como
un niño.
Pero hay algo que cambia todo esto: son lo que llamamos responsabilidades. El Juez dice: «Espera un
momento; eres responsable; tienes cosas qué hacer; tienes que trabajar; tienes que ir a la universidad; tienes
que ganarte la vida». Nos acordamos de todas estas responsabilidades y la expresión de nuestro rostro
cambia y se ensombrece de nuevo. Si observas a unos niños que juegan a ser adultos, verás de qué manera
se transforma la expresión de su cara. Un niño dice: «Juguemos a que soy un abogado», e inmediatamente
adopta la expresión del adulto. Si asistimos a un juicio, esas son las caras que vemos, y eso es lo que somos.
Sin embargo, todavía somos niños, pero hemos perdido nuestra libertad.
La libertad que buscamos es la de ser nosotros mismos, la de expresarnos tal como somos. Sin
embargo, si observamos nuestra vida, veremos que, en lugar de vivir para complacernos a nosotros mismos,
la mayor parte del tiempo sólo hacemos cosas para complacer a los demás, para que nos acepten. Esto es lo
que le ha ocurrido a nuestra libertad. En nuestra sociedad, y en todas las sociedades del mundo, de cada mil
personas, novecientas noventa y nueve están totalmente domesticadas.


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Lo peor de todo es que la mayoría de la gente ni siquiera se da cuenta de que no es libre. Algo en su
interior se lo susurra, pero no lo comprende, y no sabe por qué no es libre.
Para la mayoría de las personas, el problema reside en que viven sin llegar a descubrir que el Juez y la
Víctima dirigen su vida, y por consiguiente, no tienen la menor oportunidad de ser libres. El primer paso hacia
la libertad personal consiste en ser conscientes de que no somos libres. Necesitamos ser conscientes de cuál
es el problema para poder resolverlo.
El primer paso es siempre la consciencia, porque hasta que no seas consciente no podrás hacer ningún
cambio. Hasta que no seas consciente de que tu mente está llena de heridas y de veneno emocional, no
limpiarás ni curarás las heridas y continuarás sufriendo.
No hay ninguna razón para sufrir. Si eres consciente, puedes rebelarte y decir: «¡Ya basta!». Puedes
buscar una manera de sanar y transformar tu sueño personal. El sueño del planeta es sólo un sueño. Ni tan
siquiera es real. Si entras en el sueño y empiezas a poner en tela de juicio tu sistema de creencias,
descubrirás que la mayor parte de las creencias que abrieron heridas en tu mente ni siquiera son verdad.
Descubrirás que durante todos estos años has vivido un drama por nada. ¿Por qué? Porque el sistema de
creencias que te inculcaron está basado en mentiras.
Por ello es muy importante para ti que domines tu propio sueño; este es el motivo por el que los toltecas
se convirtieron en maestros del sueño. Tu vida es la manifestación de tu sueño; es un arte. Y puedes cambiar
tu vida en cualquier momento si no disfrutas de tu sueño. Los maestros del sueño crean una vida que es una
obra maestra; controlan el sueño a través de sus elecciones. Todo tiene sus consecuencias, y un maestro del
sueño es consciente de ellas.
Ser un tolteca es una forma de vivir en la cual no existen los líderes ni los seguidores, donde tú tienes y
vives tu propia verdad. Un tolteca se vuelve sabio, se vuelve salvaje y se vuelve libre de nuevo.
Existen tres maestrías que llevan a la gente a convertirse en toltecas. La primera es la Maestría de la
Consciencia: ser conscientes de quiénes somos realmente, con todas nuestras posibilidades. La segunda es
la Maestría de la Transformación: cómo cambiar, cómo liberarnos de la domesticación. La tercera es la
Maestría del Intento: desde el punto de vista tolteca, el Intento es esa parte de la vida que hace que la transformación
de la energía sea posible; es el ser viviente que envuelve toda energía, o lo que llamamos «Dios».
Es la vida misma; es el amor incondicional. La Maestría del Intento es, por tanto, la Maestría del Amor.
Hablamos del camino tolteca hacia la libertad porque los toltecas tienen un plan completo para liberarse
de la domesticación. Comparan al Juez, a la Víctima y el sistema de creencias con un parásito que invade la
mente humana. Desde el punto de vista tolteca, todos los seres humanos domesticados están enfermos. Lo
están porque un parásito controla su mente y su cerebro, un parásito que se alimenta de las emociones
negativas que provoca el miedo.
Si buscamos la descripción de un parásito, vemos que es un ser vivo que subsiste a costa de otros
seres vivos, chupa su energía sin dar nada a cambio y daña a su anfitrión poco a poco. El Juez, la Víctima y
el sistema de creencias encajan muy bien en esta descripción. Juntos, constituyen un ser viviente formado de
energía psíquica o emocional, y esa energía está viva. No se trata de energía material, por supuesto, pero las
emociones tampoco son energía material, ni lo son nuestros sueños, y sin embargo, sabemos que existen.
Una función del cerebro es la de transformar la energía material en energía emocional. Nuestro cerebro
es una fábrica de emociones. Y ya hemos dicho que la principal función de la mente es soñar. Los toltecas
creen que el parásito -el Juez, la Víctima y el sistema de creencías-controla nuestra mente y nuestro sueño
personal. El parásito sueña en nuestra mente y vive en nuestro cuerpo. Se alimenta de las emociones que
surgen del miedo, y le encantan el drama y el sufrimiento.
La libertad que buscamos consiste en utilizar nuestra propia mente y nuestro propio cuerpo, en vivir
nuestra propia vida en lugar de la vida de nuestro sistema de creencias. Cuando descubrimos que nuestra
mente está controlada por el Juez y la Víctima y que nuestro verdadero yo está arrinconado, sólo tenemos
dos opciones.
Una es continuar viviendo como lo hemos hecho hasta ese momento, rindiéndonos al Juez y la Víctima,
seguir viviendo en el sueño del planeta. La otra opción es actuar como cuando éramos niños y nuestros
padres intentaban domesticarnos. Podemos rebelarnos y decir: «¡No!». Podemos declarar una guerra contra
el parásito, contra el Juez y la Víctima, una guerra por nuestra independencia, por el derecho de utilizar
nuestra propia mente y nuestro propio cerebro.
Por este motivo, quienes siguen las tradiciones chamánicas de América, desde Canadá hasta
Argentina, se llaman a sí mismos guerreros, porque están en guerra contra el parásito de la mente. Esto es lo
que significa en verdad ser un guerrero. El guerrero es el que se rebela contra la invasión del parásito. Se
rebela y le declara la guerra. Pero eso no quiere decir que siempre se gane; quizá ganemos o quizá
perdamos, pero siempre hacemos lo máximo que podemos, y al menos tenemos la oportunidad de recuperar
nuestra libertad. Elegir este camino nos da, como mínimo, la dignidad de la rebelión y nos asegura que no
seremos la víctima desvalida de nuestras caprichosas emociones o de las emociones venenosas de los
demás. Incluso aunque sucumbamos ante el enemigo -el parásito-, no estaremos entre las víctimas que no se
defienden.


26
En el mejor de los casos, ser un guerrero nos da la oportunidad de trascender el sueño del planeta y
cambiar nuestro sueño personal por otro al que llamamos Cielo. Igual que el Infierno, el Cielo es un lugar que
existe en nuestra mente. Es un lugar lleno de júbilo, en el que somos felices, en el que somos libres para
amar y para ser nosotros mismos. Podemos alcanzar el Cielo en vida; no tenemos que esperar a morirnos.
Dios siempre está presente y el reino de los Cielos está en todas partes, pero en primer lugar necesitamos
que nuestros ojos sean capaces de ver la verdad y nuestros oídos puedan escucharla. Necesitamos librarnos
del parásito.
Podemos comparar el parásito con un monstruo de cien cabezas. Cada una de ellas es uno de nuestros
miedos. Si queremos ser libres, tenemos que destruir el parásito. Una solución es atacar sus cabezas una a
una, es decir, enfrentarnos a nuestros miedos uno a uno. Es un proceso lento, pero funciona. Cada vez que
nos enfrentamos a uno de nuestros miedos, somos un poco más libres.
Una segunda solución sería dejar de alimentar al parásito. Si no le damos ningún alimento, lo
mataremos por inanición. Para poder hacerlo, tenemos que ser capaces de controlar nuestras emociones,
debemos abstenernos de alimentar las emociones que surgen del miedo. Resulta fácil decirlo, pero es muy
difícil hacerlo, porque el Juez y la Víctima controlan nuestra mente.
Una tercera solución es la que se denomina la iniciación a la muerte. Esta iniciación se encuentra en
muchas tradiciones y escuelas esotéricas de todo el mundo. La hallamos en Egipto, la India, Grecia y
América. Es una muerte simbólica que mata al parásito sin dañar nuestro cuerpo. Cuando «morimos»
simbólicamente, el parásito también tiene que morir. Esta solución es más rápida que las dos anteriores, pero
resulta todavía más difícil. Necesitamos un gran valor para enfrentarnos al ángel de la muerte. Tenemos que
ser muy fuertes.
Veamos más de cerca cada una de estas soluciones.
El arte de la transformación: El sueño de la segunda atención
Hemos visto que el sueño que vives ahora es el resultado del sueño externo que capta tu atención y te
alimenta con todas tus creencias. El proceso de domesticación puede llamarse el sueño de la primera
atención, porque así utilizaron por primera vez tu atención para crear el primer sueño de tu vida.
Una manera de transformar tus creencias es concentrar tu atención en todos esos acuerdos y
cambiarlos tú mismo. Al hacerlo, utilizas tu atención por segunda vez, y por consiguiente, creas el sueño de la
segunda atención o el nuevo sueño.
La diferencia estriba en que ahora ya no eres inocente. En tu infancia no era así; no tenías otra
elección. Pero ya no eres un niño. Ahora puedes escoger qué creer y qué no. Puedes elegir creer en
cualquier cosa, y eso incluye creer en ti.
El primer paso consiste en ser consciente de la bruma que hay en tu mente. Debes darte cuenta de que
sueñas continuamente. Sólo a través de la consciencia serás capaz de transformar tu sueño. Cuando seas
consciente de que todo el sueño de tu vida es el resultado de tus creencias y de que lo que crees no es real,
entonces empezarás a cambiarlo. Sin embargo, para cambiar tus creencias de verdad, es preciso que centres
tu atención en lo que quieres cambiar. Debes conocer los acuerdos que deseas cambiar antes de poder
cambiarlos.
De modo que el siguiente paso es volverte consciente de todas las creencias que te limitan, se basan
en el miedo y te hacen infeliz. Haz un inventario de todo lo que crees, de todos tus acuerdos, y mediante este
proceso, empezarás a transformarte. Los toltecas llamaron a esto el Arte de la Transformación, y es una
maestría completa. Alcanzas la Maestría de la Transformación cambiando los acuerdos que se basan en el
miedo y te hacen sufrir y reprogramando tu propia mente a tu manera. Uno de los procedimientos para llevar
esto a cabo consiste en estudiar y adoptar creencias alternativas como los Cuatro Acuerdos.
La decisión de adoptar los Cuatro Acuerdos es una declaración de guerra para recuperar la libertad que
te arrebató el parásito. Los Cuatro Acuerdos te ofrecen la posibilidad de acabar con el dolor emocional, y de
este modo te abren la puerta para que disfrutes de tu vida y empieces un nuevo sueño. Si estás interesado,
explorar las posibilidades de tu sueño sólo dependerá de ti. Los Cuatro Acuerdos se crearon para que nos
resultaran de ayuda en el Arte de la Transformación, para ayudarnos a romper los acuerdos limitativos,
aumentar nuestro poder personal y volvernos más fuertes. Cuanto más fuerte seas, más acuerdos romperás,
hasta que llegues a la misma esencia de todos ellos.
Llegar a la esencia de esos acuerdos es lo que yo llamo ir al desierto. Cuando vas al desierto, te
encuentras cara a cara con tus demonios. Una vez has salido de él, todos esos demonios se convierten en
ángeles.
Practicar los Cuatro Acuerdos es un gran acto de poder. Deshacer los hechizos de magia negra que
existen en tu mente requiere un gran poder personal. Cada vez que rompes un acuerdo, aumentas tu poder.
Para empezar, rompe pequeños acuerdos que requieran un poder menor. A medida que vayas rompiendo


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esos pequeños acuerdos, tu poder personal irá aumentando hasta alcanzar el punto en el que, finalmente,
podrás enfrentarte a los grandes demonios de tu mente.
Por ejemplo, la niña pequeña a la que le dijeron que no cantase tiene ahora veinte años y todavía
continúa sin cantar. Un modo de superar su creencia de que su voz es fea es decirse:
«De acuerdo, intentaré cantar aunque sea verdad que canto mal». Entonces, puede fingir que alguien
aplaude y le dice: «¡Oh! ¡Lo has hecho de maravilla!». Quizás esto agriete el acuerdo un poco, pero todavía
estará allí. Sin embargo, ahora tiene un poco más de poder y coraje para intentarlo de nuevo, y después una
y otra vez hasta que, por fin, rompa el acuerdo.
Esta es una manera de salir del sueño del Infierno. Pero necesitarás reemplazar cada acuerdo que te
cause sufrimiento y que rompas por uno nuevo que te haga feliz. Así evitarás que el viejo acuerdo vuelva a
aparecer. Si ocupas el mismo espacio con un nuevo acuerdo, entonces el viejo desaparecerá para siempre, y
su lugar lo ocupará el nuevo.
En la mente existen muchas creencias tan resistentes que pueden hacer que este proceso parezca
imposible. Por ello es necesario que avances paso a paso y que seas paciente contigo mismo, porque se
trata de un proceso lento. El modo en que vives ahora es el resultado de muchos años de domesticación. No
puedes pretender que ésta desaparezca en un solo día. Romper los acuerdos resulta muy difícil, porque en
cada acuerdo que establecimos pusimos el poder de las palabras (que es el poder de nuestra voluntad).
Para cambiar un acuerdo, necesitamos la misma cantidad de poder. Es imposible cambiar un acuerdo
con un poder menor del que utilizamos para establecerlo, e invertimos la mayor parte de nuestro poder
personal en mantener los acuerdos que tenemos con nosotros mismos. Esto sucede porque, en realidad,
nuestros acuerdos son como una fuerte adicción. Somos adictos a nuestra forma de ser, a la rabia, los celos y
la autocompasión. Somos adictos a las creencias que nos dicen: «No soy lo bastante bueno, no soy lo
suficientemente inteligente. ¿Por qué voy a molestarme en intentarlo? Si otras personas lo hacen es porque
son mejores que yo».
Todos estos viejos acuerdos dirigen nuestro sueño de la vida porque los repetirnos una y otra vez. Por
consiguiente, para adoptar los Cuatro Acuerdos, es necesario que pongas en juego la repetición. Al llevar a la
práctica los nuevos acuerdos en tu vida, cada vez podrás hacer más y mejor. La repetición hace al maestro.
La disciplina del guerrero: Controlar tu propio comportamiento
Imagínate que te despiertas temprano por la mañana, rebosante de entusiasmo ante un nuevo día. Te
sientes feliz, de maravilla, y dispones de mucha energía para afrontar ese día. Entonces, mientras desayunas,
tienes una fuerte discusión con tu pareja, y un verdadero torrente de emoción sale fuera. Te enfureces, y
gastas una gran parte de tu poder personal en la rabia que expresas. Tras la discusión, te sientes agotado, y
lo único que quieres hacer es irte y echarte a llorar. De hecho, te sientes tan cansado, que te vas a la
habitación, te derrumbas y tratas de recuperarte. Te pasas el día envuelto en tus emociones. No te queda
ninguna energía para seguir adelante y sólo quieres olvidarte de todo.
Cada día nos despertamos con una determinada cantidad de energía mental, emocional y física que
gastamos durante el día. Si permitimos que las emociones consuman nuestra energía, no nos quedará
ninguna para cambiar nuestra vida o para dársela a los demás.
La manera en que ves el mundo depende de las emociones que sientes. Cuando estás enfadado, todo
lo que te rodea está mal, nada está bien. Le echas la culpa a todo, incluso al tiempo; llueva o haga sol, nada
te complacerá. Cuando estás triste, todo lo que te rodea te parece triste y te hace llorar. Ves los árboles y te
sientes triste, ves la lluvia y te parece triste. Tal vez te sientes vulnerable y crees que tienes que protegerte a
ti mismo porque piensas que alguien te atacará en cualquier momento. No confías en nada ni en nadie. ¡Esto
te ocurre porque ves el mundo a través de los ojos del miedo!
Imagínate que la mente humana es igual que tu piel. Si la tocas y está sana, la sensación es maravillosa.
Tu piel está hecha para percibir la sensación del tacto, que es deliciosa. Ahora imagínate que tienes
una herida infectada en la piel. Si la tocas, te dolerá, de modo que intentarás cubrirla para protegerla. Si te
tocan, no disfrutarás de ello porque te dolerá.
Ahora imagínate que todos los seres humanos tienen una enfermedad en la piel. Nadie puede tocar a
ninguna otra persona porque le provoca dolor. Todo el mundo tiene heridas en la piel, hasta el punto de que
tanto la infección como el dolor llegan a considerarse normales; la gente cree que ser así es lo normal.
¿Puedes imaginarte cómo nos trataríamos los unos a los otros si todos los seres humanos tuviésemos
esta enfermedad de la piel? Casi no nos abrazaríamos, claro, porque nos dolería demasiado, de modo que
tendríamos que mantener una buena distancia entre nosotros.
La mente humana es exactamente igual a la descripción de esta infección en la piel. Cada ser humano
tiene un cuerpo emocional cubierto por entero de heridas infectadas por el veneno de todas las emociones


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que nos hacen sufrir, como el odio, la rabia, la envidia y la tristeza. Una injusticia abre una herida en nuestra
mente y reaccionamos produciendo veneno emocional por causa de los conceptos y creencias que tenemos
sobre qué es justo y qué no lo es. Debido al proceso de domesticación, la mente está tan herida y llena de
veneno, que todos creemos que ese estado es el normal. Sin embargo, te aseguro que no lo es.
Nuestro sueño del planeta es disfuncional; los seres humanos tenemos una enfermedad mental llamada
«miedo». Los síntomas de esta enfermedad son todas las emociones que nos hacen sufrir: rabia, odio,
tristeza, envidia y desengaño. Cuando el miedo es demasiado grande, la mente racional empieza a fallar y a
esto lo denominamos «enfermedad mental». El comportamiento psicótico tiene lugar cuando la mente está
tan asustada y las heridas son tan profundas, que parece mejor romper el contacto con el mundo exterior.
Si somos capaces de ver nuestro estado mental como una enfermedad, descubriremos que existe una
cura. No es necesario que suframos más. En primer lugar, necesitamos saber la verdad para curar las heridas
emocionales por completo: debemos abrirlas y extraer el veneno. ¿Cómo lo podemos hacer? Hemos de
perdonar a los que creemos que se han portado mal con nosotros, no porque se lo merezcan, sino porque
sentimos tanto amor por nosotros mismos que no queremos continuar pagando por esas injusticias.
El perdón es la única manera de sanarnos. Podemos elegir perdonar porque sentimos compasión por
nosotros mismos. Podemos dejar marchar el resentimiento y declarar: «¡Ya basta! No volveré a ser el gran
Juez que actúa contra mí mismo. No volveré a maltratarme ni a agredirme. No volveré a ser la Víctima».
Para empezar, es necesario que perdonemos a nuestros padres, a nuestros hermanos, a nuestros
amigos y a Dios. Una vez perdones a Dios, te perdonarás por fin a ti mismo. Una vez te perdones a ti mismo,
el auto-rechazo desaparecerá de tu mente. Empezarás a aceptarte, y el amor que sentirás por tí será tan
fuerte, que al final acabarás aceptándote por completo tal como eres. Así empezamos a ser libres los seres
humanos. El perdón es la clave.
Sabrás que has perdonado a alguien cuando lo veas y ya no sientas ninguna reacción emocional. Oirás
el nombre de esa persona y no tendrás ninguna reacción emocional. Cuando alguien te toca lo que antes era
una herida y ya no sientes dolor, entonces sabes que realmente has perdonado.
La verdad es como un escalpelo. Es dolorosa porque abre todas las heridas que están cubiertas por
mentiras para así poder sanarlas. Estas mentiras son lo que llamamos «el sistema de negación», que resulta
práctico porque nos permite tapar nuestras heridas y continuar funcionando. Pero cuando ya no tenemos
heridas ni veneno, no necesitamos mentir más. No necesitamos el sistema de negación, porque se puede
tocar una mente sana sin que experimente ningún dolor. Cuando la mente está limpia, el contacto resulta
placentero.
Para la mayoría de las personas, el problema reside en que pierden el control de sus emociones. Es el
ser humano quien debe controlar sus emociones y no al revés. Cuando perdemos el control, decimos cosas
que no queremos decir y hacemos cosas que no queremos hacer. Por este motivo es tan importante que
seamos impecables con nuestras palabras y que nos convirtamos en guerreros espirituales. Debemos
aprender a controlar nuestras emociones a fin de tener el suficiente poder personal para cambiar los acuerdos
basados en el miedo, escapar del Infierno y crear nuestro Cielo personal.
¿Cómo nos podemos convertir en guerreros? Los guerreros tienen algunas características que son
prácticamente iguales en todo el mundo. Son conscientes. Esto es muy importante. Hemos de ser
conscientes de que estamos en guerra, y esa guerra que tiene lugar en nuestra mente requiere disciplina; no
la disciplina del soldado, sino la del guerrero; no la disciplina que proviene del exterior y nos dice qué hacer y
qué no hacer, sino la de ser nosotros mismos, sin importar lo que esto signifique.
El guerrero tiene control no sobre otros seres humanos, sino sobre sí mismo; controla sus propias
emociones. Reprimimos nuestras emociones cuando perdemos el control, no cuando lo mantenemos. La gran
diferencia entre un guerrero y una víctima es que ésta se reprime y el guerrero se refrena. Las víctimas se
reprimen porque tienen miedo de mostrar sus emociones, de decir lo que quieren decir. Refrenarse no es lo
mismo que reprimirse. Significa retener las emociones y expresarlas en el momento adecuado, ni antes ni
después. Esta es la razón por la cual los guerreros son impecables. Tienen un control absoluto sobre sus
propias emociones y, por consiguiente, sobre su propio comportamiento.
La iniciación a la muerte: Abrazar al ángel de la muerte
El paso final para obtener la libertad personal es prepararnos para la iniciación a la muerte, tomarnos la
muerte como nuestra maestra. El ángel de la muerte puede enseñarnos de qué forma estar verdaderamente
vivos. Hemos de tomar consciencia de que podemos morirnos en cualquier momento; sólo contamos con el
presente para estar vivos. La verdad es que no sabemos si vamos a morir mañana. ¿Quién lo sabe?
Pensamos que nos quedan muchos años por vivir. ¡Pero es así?
Sí vamos al hospital y el médico nos dice que nos queda una semana de vida, Íqué haremos? Como ya
he dicho antes, tenemos dos opciones. Una es sufrir porque nos vamos a morir, decirle a todo el mundo:
«Pobre de mí, me voy a morir», y hacer un gran drama. La otra es aprovechar cada momento para ser feliz,
para hacer lo que realmente nos gusta hacer. Si sólo nos queda una semana de vida, disfrutemos de ella.
Estemos vivos. Podemos decir: «Voy a ser yo mismo. No puedo pasarme la vida intentando complacer a los
demás. Ya no tendré miedo de lo que piensen de mí. ¿Qué me importa si me voy a morir dentro de una