jueves, 29 de noviembre de 2012

TODO LO QUE PIDAS SE TE DARA


La eficacia de la oración

Lc. 11. 9-13
7 Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. 8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. 9 ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? 10 ¿O si le pide un pez, le da una serpiente? 11 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de ustedes que está en el cielo dará cosas buenas a aquellos que se las pidan!

DEJA DE CRITICAR CADA UNO VIVE SU MUNDO


La benevolencia para juzgar

Lc. 6. 37-38, 41-42  Mc. 4. 247  1 No juzguen, para no ser juzgados. 2 Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. 3 ¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? 4 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Deja que te saque la paja de tu ojo”, si hay una viga en el tuyo? 5 Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.

VIVE CADA DIA, EL AYERYA NO EXISTE Y EL MAÑANA AUN NO LLEGA

EL SERMON D ELA MONTAÑA


viernes, 2 de noviembre de 2012

EL PODER DEL SILENCIO (MEDITACION)



Detrás de todas las manifestaciones de la vida existe un poder único, una Realidad única. Esta forma está más allá de todas las formas, de todos los modos per se expresa a través y mediante los modos y las formas que existen, visibles e invisibles.
Nosotros podemos abrirnos a este poder creador yendo también más allá de nosotros mismos, yendo más allá de nuestras personas. Esto se realiza abriéndonos al silencio. El silencio nos conecta con esta fuerza creadora y entonces nos convertimos en canales directos, en expresiones directas de esta acción creativa constante.
El silencio es el poder más grande que existe. Porque todo lo que existe son aspectos parciales del silencio. Todo lo que existe se genera en lo que no existe, en lo que no aparece. Todo lo que existe son aspectos parciales de algo que está más allá de lo que llamamos existencia manifiesta. Abrirse al silencio es abrirse al potencial total, incondicional.

Efectos del silencio.
a) En primer lugar, nuestra mente se aclara, se armoniza y se ahonda. Nuestra vida es una permanente "centrifugación" hacia nuestro exterior de todas nuestras impresiones, ideas, datos, en una constante mezcla entre sí. En el silencio permitimos que todo esto se pose y se estructure por sí mismo. En el silencio conseguimos que nuestra consciencia capte lo que existe en profundidad detrás de las capas más aparentes de nuestra mente, de nuestra afectividad y de toda nuestra sensibilidad.

b) En el silencio, por el hecho de ahondar el punto de la consciencia, aumenta la potencia de nuestra mente y de toda nuestra personalidad de un modo extraordinario. Gracias al silencio se desarrolla nuestra sensibilidad interna, es decir, que nos capacitamos para afinar nuestra percepción, percepción sutil. Esta percepción abarca, en las vías supraconcientes, todas las vías intuitivas. En las vías conscientes, el poder captar en profundidad el presente de la persona y sus situaciones. Y, a nivel subconsciente, nos vincula con toda la vida en cualquiera de sus formas y manifestaciones.
c) Percibimos, descubrimos, vivenciamos esta unidad profunda que hay detrás de toda la multiplicidad de formas y manifestaciones. Lo vivenciamos como experiencia y deja de ser una idea o creencia.
d) Gracias al silencio profundo viene la paz. La auténtica paz, la paz de la que surge luego toda actividad.
e) Nos conduce a la realización de la identidad propia que hay en cada uno de nosotros. Nos lleva a descubrir la persona que se encuentra detrás de todas las manifestaciones personales y a la persona que está detrás de todas la manifestaciones que atribuimos al exterior.
f) Gracias al silencio podemos acumular fuerzas físicas, afectivas, mentales y espirituales para la acción posterior.
g) Nos ponemos en sintonía con el poder creador único, y éste se expresa entonces en nosotros y a través de nosotros. Descubrimos que nosotros somos expresión de algo que está más allá de nosotros y que esta consciencia de realidad de lo que está más allá es algo siempre nuevo, siempre diferente, y no obstante, siempre idéntico.
Es decir, que el silencio es el campo más revolucionario de la vida. Así, nuestra vida, al abrirse al silencio y al vivir desde el silencio es, en sí misma, una creación constante. Ya no somos nosotros quienes quieren producir un resultado, somos la creación. Todos nuestros actos se convierten en una expresión de este proceso creativo. Ya no vivimos pendientes de juicios, de objetivos, vivimos descubriendo en cada momento esta profundidad inmensa del instante que, también en cada momento, se derrama, se vierte al exterior de un modo totalmente nuevo, imprevisto, creativo. Todos los actos de la vida se convierten en actos de una importancia total, porque dejamos de tener preferencia respecto a las cosas, respecto a los objetivos. Dejamos de comparar y de juzgar porque descubrimos que lo esencial es esta Realidad que se está expresando. Lo que da sentido a las cosas no son las cosas, ni las consecuencias de las cosas, sino la razón de ser, el por qué de las cosas. Y este por qué o razón de ser es esta presencia inmutable y eterna que está detrás de cada momento de manifestación. En ese instante, los actos más pequeños de nuestra vida, los más elementales, como las cosas más grandes, todo tiene la misma trascendencia, porque todo parte de la misma realidad eterna.
Vivir de esta manera implica vivir en una unidad constante con todo, porque todo es expresión en el instante de la misma fuerza que nos está animando a nosotros mismos. Lo que nosotros vivimos como "yo" y lo que vivimos como mundo son dos aspectos de la consciencia total. En lo sucesivo, cuando miramos, por ejemplo, a la naturaleza, no necesitamos catalogarla, ponerle nombres, diferenciarla o compararla, ni con otra naturaleza ni con nosotros mismos. La percepción, el sujeto y la cosa percibida forman una sola unidad, un campo único. Deja, pues, de existir esta distinción de sujeto-objeto presente en el mundo ordinario y todo se convierte en un inmenso campo de consciencia expresión constante de esta Realidad eterna.

Hacia el silencio. Requisitos.
Existen unos requisitos que son esenciales cumplir para poder ir hacia el silencio.
Mientras estemos teniendo interiormente problemas de deseos, de emociones, de conflictos, nos será muy difícil vivir en silencio, porque estos deseos, estos miedos, estas complicaciones que están reprimidas en nuestro interior, buscan constantemente una solución y huida. De esta forma, nuestra mente está siendo constantemente empujada a pensar, soñar imaginar. La gran dificultad que tenemos para poder estar en paz es la propia guerra que está en marcha en nuestro interior.
Por ello, para alcanzar el silencio, es necesario primero que solucionemos ese estado de guerra. Y esto sólo lo lograremos cuando aprendamos a vivir la actividad, la acción, la lucha y el esfuerzo. Tan sólo el vivir la vida de cada día mucho más consciente, intensa e inteligentemente, es lo que va permitiendo que vayamos liquidando todas estas cuentas pendientes que mantenemos con la vida en nuestro interior. Sólo después de esto viene la paz. De otro modo, la paz no la podemos buscar, porque toda paz que busquemos será un artificio, no es la verdadera paz. La paz no hay que buscarla, viene ella sola. La paz está siempre ahí, lo único que nos impide vivirla es precisamente todas las cargas que tenemos dentro de fuerzas, de problemas, de emociones.
Por lo tanto, el primer requisito para llegar a descubrir el silencio es que el silencio sea consecuencia de una acción total, de una acción consciente, en donde no huyamos de las cosas, en donde no estemos jugando al escondite con nosotros mismos ni con ningún aspecto de la vida, donde afrontemos las dificultades y movilicemos todos nuestros recursos mentales, afectivos,  vitales, morales y de todo orden. Sólo una vida vivida en intensidad es la que luego va acompañada por la auténtica paz.
Gracias al esfuerzo de vivir de un modo intenso, consciente, la personalidad se organiza, se estructura y se fortalece. Nuestra mente adquiere la capacidad de controlar sus impulsos y coordinar todas las fuerzas internas en relación con el exterior.
Estamos en esta vida por una razón inteligente. Y la vida, tal como funciona, a pesar de todo, tiene un fin bueno, necesario, que es que aprendamos a distinguir lo que es superior de lo que es inferior, y aprendamos a hacer que en nosotros lo superior dirija a lo inferior. Y si esto no se hace se produce conflicto y dolor en la vida de las personas.
Para el trabajo de estructuración de la personalidad y actualización de los recursos que tenemos en nuestro interior es absolutamente necesario tener acceso a un nivel superior de silencio. También es imprescindible que estemos orientados, de un modo estable, hacia el descubrimiento de lo más importante, de la verdad.
En la práctica del silencio también es esencial que en todo momento mantengamos la autoconsciencia y que tengamos la máxima lucidez.

La práctica del silencio.
El silencio, el reposo de nuestro yo personal, nos debería acompañar, y lo podemos ejercitar, en la vida cotidiana y en todas las prácticas de trabajo interior.


*****


El silencio consciente.

El silencio consciente nace cuando uno se da cuenta de su capacidad de influencia en el entorno a través del poder distorsionador de la palabra que brota de la ignorancia y de la falta de conocimiento de uno mismo. El silencio es el escenario imprescindible para que se produzca el encuentro con la claridad de percepción que conduce a lo real.

La forma más elevada de silencio interior es la que surge de la consciencia. Únicamente de la consciencia y de su silencio podemos ver el ruido disonante de aquello que llamamos nuestro interior como del exterior. La consciencia y el silencio que le acompaña nos permiten obrar adecuadamente.

Hay algo más allá de la mente que habita en el silencio del interior de la propia mente. Detrás de todas las variadas manifestaciones de la vida existe un poder único, una inteligencia única. Esta realidad está más allá de todos los diferentes modos y formas de la existencia, visibles e invisibles y se expresa a través y mediante ellas. Los seres humanos podemos abrirnos a este inmenso poder creador llevando nuestra consciencia más allá de nosotros mismos, yendo más allá de la limitación de la propia personalidad. Y esto ocurre cuando se es consciente y uno se abre al silencio. La consciencia y el silencio que de ella nace conecta con esta fuerza creadora y, de esta forma, el ser humano se convierte en un canal, en una expresión directa de esta acción creativa constante y eterna. Abrirnos por la consciencia al silencio es abrirnos al potencial total e incondicionado.

La consciencia y su silencio transforman la vida. Al entrar en ellos se ve y se escucha la vida con una actitud silenciosa, acogedora, receptiva y benevolente. La mente entonces se aclara, se permite que surja la armonía y se aprecia con profundidad la totalidad de la vida.

Parte del existir consiste en un volcar hacia el exterior impresiones, sentimientos y pensamientos, todo ello mezclado entre sí. En este silencio se permite que todo ello “se pose” y se estructure por sí mismo. En el silencio, la consciencia capta lo que existe en profundidad detrás de las capas más aparentes de la mente, de la afectividad y de toda la sensibilidad.

En el silencio consciente la percepción se afina y aumenta la potencia de la mente y de toda la personalidad de un modo extraordinario. Gracias a él se desarrolla la sensibilidad, que llega hasta la percepción sutil. Esta percepción abarca todas las vías intuitivas, el poder captar en profundidad el propio presente en todas las situaciones y vincula a la persona con toda la vida, en cualquiera de sus formas y manifestaciones.

Por el silencio consciente se percibe, se descubre y se vivencia la Unidad profunda que hay detrás de toda la multiplicidad de formas y manifestaciones. Se vive como una realidad, y deja de ser una idea o creencia más o menos romántica. Gracias al silencio profundo viene la paz, la auténtica paz, la paz de la que surge luego toda auténtica actividad, todo obrar adecuado. El silencio consiente conduce a la realización de la identidad propia que hay en cada alma. Lleva a descubrir a la persona que se encuentra detrás de todas las manifestaciones personales y a la persona que está detrás de todas las manifestaciones que atribuimos al exterior. También se puede reponer y acumular fuerzas físicas, afectivas, mentales y espirituales que permiten obrar adecuadamente. En él se sintoniza con el poder creador único y éste se expresa entonces en uno mismo y a través de uno. Descubrimos que somos la expresión de algo que está más allá de nosotros y que esta consciencia de lo que en realidad está más allá es algo siempre nuevo, siempre diferente, y no obstante, siempre idéntico.

Al abrirse nuestra vida a la consciencia y a su silencio experimentamos una Creación constante, tanto que nos damos cuenta que somos la misma Creación. Ya no somos nosotros quienes deseamos producir un resultado, sino que somos la Creación. Todos nuestros actos, pensamientos y sentimientos, se convierten en una expresión de este proceso creativo. Con este conocimiento dejamos de vivir en un nivel superficial, pendientes de juicios y de deseos. Vamos descubriendo, a cada momento, la profundidad misma del instante. Todos los actos de la vida se convierten en actos de una importancia total. Dejamos de tener preferencia respecto a las cosas, respecto a los objetivos; dejamos de comparar y de juzgar porque descubrimos que lo esencial es esta Realidad que se está expresando. Lo que da sentido a las cosas no son las cosas, ni las consecuencias de las cosas, sino la razón de ser, el por qué de las cosas; y este por qué o razón de ser está empapado de la presencia inmutable y eterna que está detrás de cada momento de manifestación. En ese instante, los actos más pequeños de nuestra vida, los más elementales, como las cosas más grandes, todo tiene la misma trascendencia, porque todo parte de la misma realidad eterna.

Vivir de esta manera implica vivir en una Unidad constante con todo, porque todo es expresión en el instante de la misma fuerza que nos está animando a nosotros mismos. Lo que nosotros vivimos como "yo" y lo que vivimos como mundo son dos aspectos de la consciencia total. En lo sucesivo, cuando miramos por ejemplo a la naturaleza no necesitamos catalogarla, ponerle nombres, diferenciarla o compararla, ni con otra naturaleza ni con nosotros mismos. La percepción, el sujeto y la cosa percibida forman una sola Unidad, un campo único. Deja, pues, de existir esta distinción de sujeto-objeto presente en el mundo ordinario y todo se convierte en un inmenso campo de consciencia expresión constante de esta Realidad eterna.
 

SIMPLIFICA TU MUNDO

12 PASOS PARA SIMPLIFICAR TU VIDA... 
Wayne Dyer - "EL CÓDIGO DE SANACIÓN EMOCIONAL" C.S.E. 

Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas 
el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la 
orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente 
ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. 

1. Ordena tu vida, sentirás una gran oleada de inspiración cuando te deshagas de cosas que ya no son útiles en tu vida: 

• Regala las cosas que llevas uno o dos años sin utilizar. 

• Regala esos archivadores viejos que ocupan espacio y que casi nunca utilizas. 

• Dona juguetes, herramientas, libros, bicicletas y platos que no utilices a instituciones de caridad. 

Elimina todo aquello que te despierte el deseo de adquirir objetos que 
contribuyan a una vida desordenada. Recuerda lo que dijo Sócrates: "Está más cerca de Dios quien necesita menos". Así que mientras menos 
posesiones necesites asegurar, cuidar, desempolvar, organizar y mover,
más próximo estarás a escuchar el llamado de la inspiración. 

2. Elimina de tu agenda las actividades y obligaciones innecesarias e indeseables. 

Si no estás preparado para el Espíritu, lo más probable es que no sientas 
el resplandor de la inspiración. Dios estará a tu lado, te enviará la 
orientación, y las personas, que necesitas; pero si estás completamente 
ocupado, te perderás de estos regalos que pueden transformar tu vida. 
Así que dile no a las exigencias excesivas, y no te sientas culpable de 
inyectar una dosis de tiempo libre a tu rutina diaria. 

3. Asegúrate de que tu tiempo libre sea libre 

Ten cuidado con esas invitaciones que pueden mantenerte en la cúspide de la pirámide social, pero que te impiden el acceso a una inspiración 
gozosa. Si los cócteles, las reuniones sociales, los eventos para 
recaudar fondos, e incluso charlar y beber con los amigos no es la forma en que realmente quieres pasar tu tiempo libre, no lo hagas. Rechaza 
las invitaciones que no activen sensaciones de inspiración. 

Creo que pasar una tarde leyendo o escribiendo cartas, viendo una película 
con un ser querido, cenar con mis hijos o hacer ejercicio, es más 
inspirador que asistir a un evento en el que suelen abundar las 
conversaciones inútiles. He aprendido a rechazar esos eventos sin tener
que disculparme, y eso me ha permitido tener más momentos de 
inspiración. 

4. Saca tiempo para la meditación y el yoga 

Saca por lo menos 20 minutos diarios, siéntate en silencio y establece un 
contacto consciente con Dios. Escribí un libro sobre este tema, “Cayendo al abismoâ€�, así que no me extenderé más. Sin embargo, diré que he 
recibido miles de mensajes de personas de todo el mundo en los que me 
expresaron su agradecimiento por haber aprendido a simplificar su vida
cuando comenzaron a meditar. Te invito a que busques un centro de yoga 
cerca de tu casa y comiences a practicar con regularidad. Las 
recompensas son maravillosas: te sentirás menos estresado y más 
saludable e inspirado por todo lo que podrás hacer con y por tu cuerpo 
en muy poco tiempo. 

5. Regresa a la sencillez de la naturaleza 

No hay nada que sea más inspirador que la naturaleza. La fantasía de 
regresar a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el 
esplendor de las montañas, los bosques o de un valle, en una isla, cerca al mar, o al lado de un lago. Estos deseos son universales, pues la 
naturaleza ha sido creada por la misma Fuente que nos creó a nosotros. 
Estamos constituidos por las mismas sustancias químicas de la naturaleza (somos polvo estelar, ¿recuerdas?). 

Tu deseo de simplificar y de sentirte inspirado es impulsado por el deseo 
de ser tu "yo" natural, es decir, la naturaleza de tu yo. Así que camina o acampa en el bosque; nada en un río, lago o en el mar; siéntate 
frente a una fogata, monta a caballo, o esquía en la nieve. Esto no 
significa que tengas que darte unas vacaciones largas ni planearlas con 
meses de anterioridad: no importa dónde vivas, a pocas horas siempre 
habrá un parque, campamento o sendero que te permitirá disfrutar de la 
sensación de estar conectado con todo el Universo. 

6. Marca distancia entre tú y tus críticos 

Decide alinearte con personas que también quieran encontrar una inspiración 
simplificada. Dales una bendición silenciosa a quienes andan buscando 
defectos o son amigos de las confrontaciones, y apártate de su energía 
tan rápido como sea posible. Simplificarás tu vida enormemente si no 
tienes que justificarte ante nadie, y si recibes apoyo en vez de 
críticas. No tienes por qué soportar las críticas; simplemente agradece 
con amabilidad y promete pensar en lo que te digan, pues representa un
conflicto que no te permitirá sentirte inspirado. No necesitas 
justificar tus deseos ni tu personalidad, pues esas sensaciones internas son el Espíritu que te habla: son pensamientos sagrados, así que no 
permi­tas que nadie los destruya. 

7. Saca un tiempo para tu salud 

Recuerda que el mayor problema de salud en nuestra sociedad parece ser la 
obesidad. ¿Cómo puedes sentirte inspirado y vivir con sencillez si 
consumes cantidades excesivas de alimentos y no haces el ejercicio que 
tu cuerpo te pide? Recuerda que tu cuerpo es el templo sagrado donde 
vives durante esta vida, así que saca un poco de tiempo cada día y haz 
ejercicio. Si sólo puedes darle una vuelta a la manzana, simplemente 
hazlo. De igual manera, incorpora a tu consciencia las pala­bras control de porciones: ¡tu estómago tiene el tamaño de un puño, no de una pala! 
Respeta tu templo sagrado y simplifica tu vida haciendo ejercicio y 
comiendo con moderación; ¡te prometo que te sentirás inspirado si 
comienzas a hacerlo ya! 

8. ¡Juega, juega, juega! 

Simplificarás tu vida y te sentirás inspirado si aprendes a jugar en vez de trabajar 
toda tu vida. Me encanta estar rodeado de niños porque me inspiran con 
sus risas y su frivolidad. De hecho, muchos adultos me han dicho: 
"Wayne, no has madurado: siempre estás jugando". ¡Esto es algo que me 
enorgullece profundamente! Juego cuando hablo en el escenario, y juego 
mientras escribo ahora. 

Quiero aprovechar para darle las gracias a Howard Papush, quien escribió un 
maravilloso libro titulado “Tiempo de receso: sorteando tu vida en medio de las tensionesâ€�, el cual te recomiendo (Howard también ofrece 
seminarios en los que enseña a jugar y a divertirse). En su libro, 
Howard comparte esta hermosa frase de Richard Bach: "Tu vida está 
orientada por un aprendiz interior, por ese ser espiritual y juguetón 
que es tu verdadero yo". Estoy totalmente de acuerdo: ¡por favor, entra 
de nuevo en contacto con tu yo real y juguetón, y aprovecha la menor 
oportunidad para jugar! Verás que todo será más dulce y más simple. 

9. Disminuye el ritmo 

Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que, "La 
vida es algo más que aumentar el ritmo". Este es un gran consejo para 
simplificar tu vida; de hecho, disminuye el ritmo de todas tus 
actividades durante un momento, aquí y ahora. Lee estas palabras 
lentamente. Desacelera tu respiración para que seas consciente de cada 
inhalación y exhalación... 

Cuando vayas en tu auto, disminuye la velocidad y relájate. Desacelera tu 
forma de hablar, tus pensamientos y el ritmo frenético de todo lo que 
haces. Dedica más tiempo a escuchar a los demás; sé consciente de tu 
inclinación a interrumpir y a dar por terminadas las conversaciones, y 
opta más bien por escuchar. Detente y aprecia las estrellas en una noche despejada, o las formas de las nubes en un día gris. Siéntate en un 
centro comercial y observa cómo todas las personas parecen ir deprisa y 
sin rumbo alguno. 

Si disminuyes el ritmo, simplificarás tu vida y te re­unirás con el ritmo 
perfecto con el que funciona la creación. Imagina que tratas de forzar a la naturaleza halando una planta de tomate que acaba de brotar: eres 
tan natural como esa planta, así que permítete estar en paz con la 
perfección del plan de la naturaleza. 

10. Haz todo lo posible para evitar las deudas 

Recuerda que estás intentando simplificar tu vida, así que no necesitas comprar 
objetos que la complicarán y la trastornarán. Si no puedes adquirirlos, 
olvídate de ellos hasta que puedas hacerlo; al contraer deudas, sólo 
agregas más capas de ansiedad a tu vida. Esa ansiedad te alejará de la 
paz, que es el lugar donde te encuentras cuando estás en Espíritu. Si 
tienes que trabajar más para pagar deudas, disfrutarás menos de tu vida 
actual; en consecuencia, estarás más lejos de la paz y la alegría, que 
son los símbolos de la inspiración. Te sentirás mucho mejor y 
disfrutarás tu vida si tienes menos en vez de contraer deudas que no te 
darán paz y tranquilidad, sino estrés y ansiedad. Y recuerda: el dinero 
que posees sólo es energía, así que niégate a conectarte con un sistema 
energético que no es real. 

11. Olvídate del valor efectivo 

Procuro no pensar frecuentemente en el dinero, pues he observado que las 
personas que lo hacen no piensan en casi nada más. Entonces, haz lo que 
tu corazón te diga que es lo que te hace feliz, en vez de pensar si será rentable o no. No te niegues a los placeres de la vida por razones 
monetarias; no determines tus compras por el hecho de obtener un 
descuento, y no te prives de sentir alegría porque no te hicieron una 
rebaja. Puedes llevar una vida feliz y satisfactoria, y si en este 
momento estás pensando que yo tengo el descaro de decirte esto porque 
tienes una situación financiera precaria, es porque tú mismo has 
levantado tu propia barrera de resistencia. 

Deja de ponerle una etiqueta con precio a todo lo que tienes y haces: a fin 
de cuentas, en el mundo del Espíritu no hay etiquetas con precios. No 
hagas del dinero el centro de todo lo que tengas o hagas; más bien, 
descubre el valor inherente a todas las cosas: así simplificarás tu vida y regresarás al Espíritu. Un dólar no determina el valor, aunque vivas 
en un mundo que intenta convencerte de lo contrario. 

12. Acuérdate de tu Espíritu 

Si la vida te parece muy compleja, rápida, desordenada, frenética, o 
difícil, acuérdate de tu propio Espíritu. Estás enca­minado a la 
inspiración, un lugar sencillo y pacífico en donde estás en armonía con 
la sincronizació n perfecta de toda la creación. Viaja mentalmente allí y detente con frecuencia para recordar lo que realmente quieres. 

Wayne Dyer 

PENSAMIENTOS